Son días para no perder de vista las estrellas, como la que un día como hoy hace 2018 años guió a los Reyes Magos hasta el portal de Belén, o las que alumbran el firmamento como diamantes aferrándonos a ellas cada año que comienza para que nos traigan bonanza o al menos para que no nos la quiten. Estelar es para muchos fans también la última creación de la serie (porque es una serie en toda regla) Star Wars: la desnortada The last Jedi, que a pesar de tener sus momentos épicos, solo la dignifica la presencia de Mark Hamill, quien además, responde a nuestros tweets con humor.
Pero volvamos a las estrellas de una galaxia mucho, mucho más cercana.
Ni eran tres ni eran reyes
La madrugada del cinco de enero, los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar visitaron los hogares de todos aquellos que se han portado bien durante el año para obsequiarles con regalos, pero, ¿fueron realmente tres los Magos de Oriente? La creencia popular habla de tres Magos cabalgando a lomos de sus camellos y acompañados de una comitiva de pajes para ofrendar al niño Jesús con oro (regalo destinado solo a los reyes) , incienso (simboliza lo divino) y mirra (compuesto con propiedades médicas curativas y embalsamadoras). De ahí que se asocien los tres regalos con los tres Reyes, tres razas humanas representando los tres continentes conocidos (Europa, Asia y África) y tres edades del hombre (juventud, madurez y vejez).
La primera alusión que tenemos de los Reyes la encontramos en un capítulo del evangelio de San Mateo que data del año 80: «Unos magos de Oriente que llegaron guiados por una estrella para adorar al que ha nacido, el Rey de los Judíos. En homenaje le ofrecieron unos regalos, oro, incienso y mirra, y luego regresaron a su país». No se habla de cuantos eran. Procedían de un lugar exótico, Persia, al igual que exóticos eran sus presentes. Se les suponían unos conocimientos astronómicos altos (fueron guiados por una estrella hasta Belén en un viaje que duró dos años) y se cree que eran sacerdotes (o magos) que venían de Babilonia, la ciudad de los magos, donde se rendía culto al misterioso profeta Zoroastro o Zarathustra.
Algunas tradiciones hablan de entre cuatro y doce magos que en peregrinación y guiados por una estrella llegaron al lugar del nacimiento del Mesías. No fue hasta el siglo XIV cuando los Reyes se empezaron a representar tal y como los conocemos hoy, y a partir del siglo XVI, la iglesia católica terminó de dar forma a lo que hoy día conocemos y representamos en los nacimientos.
La noche mágica
Los presentes que los Reyes Magos han ido trayendo a los niños, con los siglos, se han ido transformando. En un principio los obsequios eran dulces, vestidos, ropa y carbón (de esto se encargaba Baltasar, en representación de la raza negra) y no fue hasta mediados del siglo XIX cuando empezaron a traer juguetes a los niños.
La estrella que cada 5 de enero ilumina los sueños de los niños y devuelve la inocencia a los que no lo son tanto conserva su misterio antiguo y deshace las pasiones mundanas aunque solo sea por una madrugada. Volvemos, fascinados, a creer que todo es posible. En la noche mágica del año los nervios y la emoción no nos dejan dormir porque vienen sus Majestades los Reyes Magos de Oriente.