El psicópata y su lenguaje. Una realidad más habitual de lo que creemos.

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El robot de Metrópolis (Fritz Lang, 1927) es capaz de adoptar formas y conductas humanas.

 

Olvídate de Hannibal Lecter y Norman Bates (pero por si acaso no los descartes del todo). Sí, esa es la primera imagen que nos alcanza cuando oímos la palabra psicópata. Asesinos terribles capaces de cualquier cosa para satisfacer su vacío, sus oscuros deseos. La realidad es que estos primeros existen pero en un porcentaje muy pequeño en comparación con el psicópata integrado (que supone el grueso de este colectivo de… ¿personas?). Un psicópata es un depredador emocional intra especie carente de empatía, emociones y con una autoestima muy exagerada cuyo objetivo vital es rodearse de personas a las que pueda parasitar hasta vaciarlas emocional, física e incluso económicamente. En el siglo XIX antes de que se hubiera desarrollado la psicología como ciencia, se les conocía como vampiros emocionales

La educación para alcanzar la libertad.

La educación debe crear personas libres. Imagen: Pink Floyd, The Wall (película) 1982.

La educación debe crear personas libres.
Imagen: Pink Floyd, The Wall (película). 1982.

El revuelo político facilita el revuelo lingüístico. Lo hemos estado viendo estos días. En España, la cantidad de veces que se puede escuchar en los medios el «compañeros y compañeras» es directamente proporcional a la proximidad de unas elecciones o en su defecto a momentos de alta intensidad política.

La propaganda contemporánea difundida por autoridades culturales y políticas de dudosa categoría muchas veces, nos atiborra de mensajes facilones, repetitivos, dogmáticos, de escasa calidad (lingüísticamente al menos) con la intención de que compremos, votemos o pensemos de una manera determinada. No es algo nuevo. Cuando se trata de movilizar grandes audiencias en beneficio propio, la honestidad suele puntuar a la baja.

Este delirio de movilización de masas  -ciudadanos y sus tarjetas de crédito-, tiene un arma increíblemente eficaz: el lenguaje.

El lenguaje es tan maleable como peligroso en la manos equivocadas (las opiniones más ruidosas bien lo saben gestionar) y su manipulación, termina por ser una manipulación de la conciencia, una manipulación del ser humano.

C.S. Lewis ya sugirió estas cuestiones en su magnífico libro La Abolición del Hombre, 1943. Una obra lúcida y atemporal enormemente recomendable en la que diagnostica la sociedad actual.

El comienzo del libro no puede ser más vigente: «Dudo de que estemos suficiente atentos a la importancia que tienen los libros de texto de la enseñanza primaria. Esta es la razón por la que he elegido como punto de partida para estas reflexiones un pequeño libro de Lengua destinado a los ‘niños y niñas de ciclo escolar básico’. No creo que los autores (pues eran dos) de este libro pretendieran hacer daño con él y tengo una deuda con ellos o con su editor, por haberme enviado un ejemplar de regalo. Pero, a la vez, no puedo decir nada bueno de ellos. Por tanto, me encuentro en una situación bastante comprometida. No quiero poner en la picota a dos modestos maestros en activo que han hecho lo mejor que sabían hacer; pero tampoco puedo callar ante lo que considero que es la orientación real de su trabajo. Por lo tanto, prefiero silenciar sus nombres».

Lewis advirtió hace mas de 60 años de las consecuencias nefastas de un sistema educativo en manos de un Estado manipulador y dirigista cuyo objetivo es transformar las mentalidades juveniles como pilar para un cambio social en el que los valores firmes y las referencias políticas, culturales, sociales… quieren ser veladas:

“Pero los que moldeen al hombre en esta nueva era –vaticinaba el autor – estarán armados con los poderes de un estado omnicompetente y una irresistible tecnología científica: se obtendrá finalmente una raza de manipuladores que podrán, verdaderamente, moldear la posteridad a su antojo”.

La educación debe de crear individuos libres, no dirigidos ni dependientes.

Sin querer caer en tópicos tremendistas, he querido rescatar  3 obras indispensables de la ciencia ficción que en su día imaginaron un futuro tan pulcro como vacío y tan controlador como anulador consecuencia de una ausencia educativa auténtica. La realidad global que vivimos la intuyeron Ray Brádbury, George Orwell y Aldoux Huxley en sus novelas.

La temperatura a la que el papel arde es a 451º Fahrenheit. Ray Bradbury profetizó en 1953 el «infierno» de conformismo que caracteriza nuestros días. Su más laureada obra, Fahrenheit 451, nos sitúa en un futuro donde el gobierno tiene idiotizada a la sociedad a través de la televisión y de mensajes que se repiten como mantras. El conocimiento y la libertad de pensamiento suponen el mayor peligro, por eso los bomberos se dedican a quemar libros. A convertir en cenizas la más mínima capacidad de reflexión e ideas propias.

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Probablemente la novela distópica mas completa y coincidente en aciertos respecto a nuestros días sea 1984 de George Orwell. Se trata de una novela futurista y política publicada originalmente en 1953. Supuso una severa advertencia por la incorporación de conceptos como «La policía del pensamiento», «La habitación 101» destinada a profundizar y utilizar los temores del individuo hasta quebrarlo, o el omnipresente, enigmático y controlador «Gran hermano» (resulta como mínimo paradójico que uno de los éxitos cumbre de la telebasura se haya apropiado del término), personaje inspirado en Stalin pero que nunca se deja ver, lo que hace pensar que se trate de una invención para infundir miedo y respeto a los ciudadanos, fórmula que sabemos efectiva hoy día.

Completa la trilogía el también visionario Aldous Huxley:

«Las palabras pueden ser como rayos X si se usan apropiadamente: lo atraviesan todo».

Un Mundo Feliz, (1932), tiene notables semejanzas con 1984 en lo que a crítica social futurista y sociedad deshumanizada se refiere. Nos encontramos aquí un mundo altamente tecnológico y totalitario en la que sus habitantes son «cultivados» in vitro según la función que vayan a tener. Viven en una falsa felicidad sin saberlo, consumen Soma cuando afloran sentimientos de tristeza, una potente forma de evasión sin efectos secundarios, por tanto no hay peligro. No existen los problemas, lo importante es mantener a los individuos felices para que produzcan igual que han sido producidos ellos en una cadena de montaje. No existe el arte, ni la familia, ni los sentimientos pues podrían hacer descarrilar el conformismo y la obediencia.

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Es imposible no pensar en lo actuales que son estas 3 historias y en las líneas paralelas que se entrecruzan entre ellas. Los autores coinciden en que la raíz de los males del mundo tiene su origen en lo que es el hombre. La parte positiva es que sabemos que una verdadera educación independiente de intereses de minorías poderosas es la llave de la libertad auténtica. Esa que hace que el hombre tenga un completo control de sí mismo.

Influenciado por Orwell y Huxley, George Lucas dirigió THX 1138, su primera película, en 1969. El espectador se encuentra con una sociedad futurista, narcotizada y subterránea (literalmente) dedicada a la producción donde el amor está prohibido. Al igual que en la literatura antes mencionada, es necesaria la figura del insurrecto que dé sentido a la historia arrojando esperanza donde aparentemente no la hay.

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THX 1138 es el nombre del protagonista de una sociedad esclavizada con el fin único de producir.

La contrapartida musical se llama Pink Floyd. Trabajos como Animals (1977) o especialmente su excelente The Wall (1979) exponen la explosión producida en el individuo consecuencia de un dirigismo frustrante y alienante.

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Hazte un selfi

Selfi, sin la «e» final del inglés (autofoto o autorretrato son alternativas adecuadas en español al término inglés), fué la palabra del año en 2014 según la Fundéu BBVA. Su presencia en los medios e interés lingüístico hicieron que el vocablo fuera merecedor del galardón.

Traigo a colación esta simpática anécdota que le ocurrió a Violeta Castelo, una persona encantadora aparte de una excelente lingüista. Cuando le preguntaron dos turistas en Allariz, Galicia si les «podía sacar un selfi», no lo dudó un segundo pero la hizo pensar en el significado del nuevo vocablo: una fotografía es un selfi si el fotógrafo es simultáneamente la persona siendo fotografiada.

Este artículo es un vistazo al nuevo lenguaje que arrasa en las redes sociales.

 

selfie

 

Si  volvemos la vista atrás y nos fijamos en el lenguaje de la publicidad a lo largo de las últimas décadas, veremos claramente cómo ha evolucionado el uso de la imagen. Imágenes de modelos estupendas mostrando su mejor sonrisa no han dejado de copar la revistas para venderte esto o aquello. De la misma manera que la fotografía  y el diseño revolucionaron el lenguaje  en la publicidad, los selfis lo han hecho en las redes sociales.

El autorretrato no es algo nuevo pero ahora que somos nosotros mismos los dueños de nuestras parcelas sociales, la autopromoción es parte del juego. Fotografiamos cosas y nos fotografiamos a nosotros con ellas; con amigos de excursión o captando el sol hundiéndose en el mar a nuestra espalda. El selfi tiene que ser un concepto interesante para los psicólogos porque nos gusta comunicar siendo nosotros partícipes en primer plano. Queremos inmortalizar una vivencia  (o un corte de pelo) y que se nos vea.  La clave está en que tu imagen cuente la historia.

Ten en cuenta que…

1El contenido de tus redes sociales es una «extensión de tu vida». Puedes poner lo que quieras, normalmente acorde con el tono idealizado/-ante y buenrollista de marras, aunque de cuando en cuando conviene darle al botón de la autocrítica para evitar, por ejemplo, una trayectoria «egopictórica» de las que rayan el friquismo más autocomplaciente. Y si no fijaros en aquellos miramelind@s (lo de la «@» es para ambientar) cincuentones que retransmiten su vida a golpe de obturador.

2El autorretrato nos retrata en el sentido literal de la palabra pero también en el sentido figurado. Lo que mostramos a los demás, el cómo queremos que nos vean dice mucho de nosotros. No atiborres tu Facebook de selfis cada vez que veas un Ferrari y lo quieras en la foto o posando delante de un yate de lujo si tu motivación en la vida son las causas humanitarias y los más desfavorecidos por favor.

3. No hagas mucho caso del punto 1 ni sientas que tu ego se infla como un globo aerostático al publicar foto tras foto. Hazte muchas y si es con un famoso mejor. Disfrútalas y compártelas con todos. Esta forma de comunicación funciona así, es una tendencia comunicativa asumida y si no, ¿para qué ponen dos cámaras en los móviles? No creo que sea un error de fábrica… sabían lo que hacían.

4. Tenemos brazos largos pero no tanto. La primera vez que vi un palo-selfi me pareció el colmo del narcisismo. Pero pensándolo bien, no es más que una extensión justificada de la tendencia «autofotil». ¿Acaso no nos autorretratábamos utilizando un trípode? Se trata de uno de esos gadgets que dejan de ser raritos a los 5 minutos de usarlos. Por cierto tienen ventajas fantásticas, como autofilmarse haciendo snowboarding…

No me quiero ni imaginar el hambre que debía tener el primer hombre que se comió una langosta, pero seguro que pensó «no fue tan mala idea, repetiré». Con este artilugio nos ha pasado lo mismo.

5.Si la vas a subir a Instagram justo después de hacerte la foto, no te olvides de comprobar lo que hay en los 180º que se escapan de tu campo de visión. Escanea los alrededores, ¿por qué? busca la palabra Photobomb en Google y hallarás la respuesta.

¡Socializa y haz buenas fotos!

 

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San Juan. La noche mágica de España.

Imágenes: El Diario Montañés

La noche del 23 al 24 de junio, San Juan, es la noche en la que rituales paganos de renovación y «limpieza» personal se celebran alrededor de una hoguera. No importa si estás en una playa o en la montaña. Para los españoles más que una fiesta, la que da comienzo al verano, es una noche de ilusión, alegría y celebración.

No te preocupes si has sido malo durante todo el año, en la noche de San Juan tu espíritu se limpiará y el contador se pondrá a cero para todo el año que tienes por delante.

¿Cómo?

Los dioses paganos se alían con nosotros y revoloteando entre las llamas purifican nuestro espíritu para que demos la bienvenida al verano con un nuevo impulso. Durante esta noche mágica, todos nos volvemos estupendamente supersticiosos. Creemos en los ritos y leyendas porque queremos que se cumplan nuestros deseos. Por eso dejamos que el calor del fuego nos eleve de lo terrenal hacia lo místico.

Espíritus, agua y fuego son los protagonistas. A los malos espíritus hay que espantarlos. La tradición en los lugares de mar nos anima a sumergirnos en el agua justo después de medianoche y lavarnos la cara y los pies 3 veces. Esto te liberará de toda conducta maligna que hayas acumulado durante los últimos 12 meses a la vez que se te concederán 3 deseos. ¿No está mal no?

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Los bailes y la música alrededor de las hogueras nos catapultan hasta ritos ancestrales de brujería y carcajadas en la fiesta de San Juan. Los más valientes no dudarán en saltar por encima del fuego para purgar sus pecados. Cuenta la leyenda que tras realizar estas prácticas, tienes la garantía de volverte más guapo al instante, ¡pero cuidado! No debes mirarte a un espejo hasta el día 24 o el hechizo desaparecerá.

¿Las tradiciones de San Juan son las mismas en toda España?

Galicia y el número 9.

El ambiente de fiesta y alegría que abraza la noche más corta del año varía en algunos lugares de España. Según la leyenda, en Galicia las hogueras son sinónimo de protección y buena suerte. Es tradición saltar 9 veces por encima del fuego. Agua y fuego son inseparables en la medianoche de San Juan: saltar 9 olas de espaldas garantizan la fertilidad femenina y la buena suerte.

Los gallegos acompañan esta noche de hechizos y brujas con su tradicional poción mágica: la queimada. Una bebida a base de aguardiente, frutas (naranjas y limones) y azúcar que se bebe después de pronunciar un conjuro y que protege al que la bebe de demonios, malas energías y las meigas (magas).

En Alicante, patatas.

En Alicante las hogueras de San Juan son fiestas de Interés Turístico Internacional. El olor de la pólvora, la música y el espectáculo se manifiestan alrededor del culto a un fuego en el que arderán enormes figuras de cartón y madera. Entre los numerosos ritos mágicos destacan dormir con tres patatas debajo de la almohada o saltar siete veces la hoguera.

En Baleares, escribe tus deseos.

Tanto si estás en Ibiza, Menorca o Formentera durante la «noche mágica», verás como los isleños rinden culto al fuego echando a las llamas algo viejo o un papel en el que han escrito todo lo que les gustaría que cambiara. Mientras se quema en las llamas, dan tres saltos seguidos.

Así es San Juan. La noche mágica de España.

Y ahora que los hechizos y la alegría han quemado todo lo malo, disfrutemos de los días que tenemos por delante.

¡Feliz verano!

Syllabus, la escuela joven de español te ofrece un programa de aprendizaje y de actividades único en Santander, España. Las clases de español se complementan con cursos de surf, equitación, vela, turismo rural, taller de cocina española y todas las experiencias que hacen que la lengua y cultura españolas estén vivas.

Syllabus, the young Spanish school offers you a unique, activity-packed Spanish language learning program on-location in Santander, Spain. Language  instruction is complemented with surfing lessons, horse riding, sailing, rural excursions, Spanish cuisine workshops and all the other experiences that make Spanish language and culture come alive. 

Niños y jóvenes, ¿qué necesitan de los adultos?

Hacia la playa

 

El recorrido de la vida es comparable a un «Camino de Santiago» donde las primeras etapas son decisivas en el desarrollo emocional de los niños. Con este símil, la experta en coaching Ana G. Medialdea, vuelve a escribir para Syllabus acercándonos cuestiones que interesarán tanto a profesores y educadores como a alumnos. Gracias Ana.

Decía Oscar Wilde que el mejor medio para hacer buenos a los niños es hacerlos felices. Partiendo de esta afirmación y de la realidad incuestionable de que los niños y jóvenes de hoy son los adultos de mañana y, por tanto, son ellos los que pueden crear un mundo mejor, parece evidente que una de las responsabilidades y compromisos más importantes que tenemos como padres, profesores, educadores o simplemente como miembros de la sociedad es poner todo de nuestra parte para contribuir a su desarrollo mental, emocional, espiritual y físico.

Vivir es como ser peregrino en el Camino de Santiago; se van recorriendo etapas que pasan y no vuelven más que en los recuerdos. Sin embargo, las experiencias vividas en cada etapa van dejando huella y marcan nuestras pautas de conducta, nuestras decisiones y, en definitiva, nuestra vida de una forma sorprendente aunque habitualmente no caemos en cuenta, en el mejor de los casos, hasta bien entrada la edad adulta.