Burning bridges. ¿Adiós al español?

Burning bridges

 

Cuando creíamos que el español se había asentado con normalidad en los principales países del mundo, descubrimos que los idiomas, en este caso el español, también pueden ser politizados.

El pasado viernes 20 de enero desapareció de la página web de la Casa Blanca el botón «en español». El botón en cuestión traducía al español los temas de mayor interés global así como asuntos relacionados con la comunidad hispana: la inmigración y la gestión temporal de visados por parte de la administración Obama para miles de indocumentados.

 

Burning bridges

 

Una noticia nada buena:

«Donald Trump tomó posesión como presidente de Estados Unidos, y a los pocos minutos las secciones en español del sitio web de la Casa Blanca desaparecieron. Asímismo, las cuentas en español que el Gobierno del expresidente Barack Obama mantenía en redes sociales, desparecieron o fueron archivadas». Fuente: Diario las Américas.

Para Darío Villanueva, director de la RAE, la desafortunada decisión  «Es un retroceso notable si se tiene en cuenta la realidad de Estados Unidos en los últimos decenios, donde se registra una presencia cada vez más firme del español, con un número elevadísimo de hispanohablantes procedentes, en su gran mayoría, de Hispanoamérica».

Como cabía esperar después de una campaña con un poderoso tono anti-latino, se entiende que no haya puestos relevantes para ningún latino en la Casa Blanca y se teme que las promesas electorales (algunas ya en marcha) vean la luz.

“Tenemos un país donde, si te quieres integrar, tienes que hablar inglés. Este es un país donde hablamos inglés, no español”. Donald Trump, septiembre 2015.

¿A quién se le ocurre ponerse a quemar puentes a estas alturas?

Estamos hablando de la segunda lengua más hablada del planeta con 550 millones de hablantes de los que 50 millones viven en Estados Unidos. Una cifra más que respetable como para no tenerla en cuenta a nivel como mínimo oficial. Por suerte el español tiene la suficiente fuerza para resistir este tipo de embates y además posee mecanismos propios de difusión muy extendidos (el Instituto Cervantes, la Televisión Española, los Grammy Latinos…).

La comunidad política internacional atiende estupefacta no solamente al hecho simbólico de menospreciar el español y la consecuente pérdida de riqueza cultural y económica que proporciona al país, sino que por encima de todo hay que añadir los muros ideológicos, religiosos, étnicos, sociales, lingüísticos por supuesto y económicos que ya se están levantando de cara al mundo.

Burning bridges

En política nadar contracorriente tiene un gran mérito cuando se trata de unir -pensemos en Martin Luther King– pero si el propósito de esta rebeldía solo sirve para quemar puentes (riqueza cultural adquirida y avances logrados), en fin, no creo que haga falta explicarlo.

Y ya puestos a unir conceptos y para quitarle hierro al asunto por qué no recuperar «Burning Bridges» la canción de aquella película, Kelly’s heroes, tan apropiada para este tema.

Friends all tried to warn me
But I held my head up high
All the time they warned me
But I only passed them by
They all tried to tell me
But I guess I didn’t care
I turned my back and
Left them standing there

All the burning bridges that have fallen after me
All the lonely feelings and the burning memories
Everyone I left behind each time I closed the door

El sentido común imperará y derribará los muros. Eso nos lo ha enseñado la historia.

Por nuestra parte animamos al Sr. Trump a participar en uno de nuestros cursos de español del que no dudamos saldrá encantado.

 

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El cerebro bilingüe toma el control

Bilinguals go further.

Los bilingües van más lejos. Bilinguals go further.

 

Hemos leído mucho sobre las ventajas de ser bilingüe: se optimiza nuestra interacción social y laboral; trabajamos mejor realizando varias tareas a la vez; rendimos más; mejora nuestra capacidad de abstracción; nos concentramos mejor y nuestro cerebro permanece «en forma» durante más tiempo frente al Alzheimer.

Conviene decir que, aunque en menor grado, el bilingüismo también puede acarrear desventajas de tipo social y psicológico.

Pero hay algo que diferencia a los hablantes bilingües de los monolingües. Me refiero a la capacidad superior del hablante bilingüe para tomar decisiones. Según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra, «El cerebro bilingüe es más flexible y se adapta mejor a los cambios del lenguaje. Por ello, los monolingües utilizan más que los bilingües áreas cerebrales propias del lenguaje (como el giro temporal medio izquierdo), mientras que los bilingües utilizan más áreas relacionadas con el control del lenguaje (como el cingulado posterior). Sin embargo, no se encontraron diferencias entre bilingües y monolingües cuando escuchan palabras».

Por ejemplo, imaginemos un americano de paseo por el casco antiguo de una ciudad española. Entra en un bar y haciendo gala de su cultura vinícola charla con el camarero sobre que variedad elegir. Cada clase de vino conocido le evocará recuerdos, emociones y sabores distintos que le transportarán a lugares y contextos pasados, pero también tendrá facilidad para «entender» marcas desconocidas. Las personas bilingües mejoran lo que la ciencia llama su «flexibilidad cognitiva» sobre las monolingües, una habilidad relacionada con la creatividad y las emociones que les permite adaptarse mejor a los cambios y procesar información de manera más eficiente para tomar una decisión final (función ejecutiva). Nuestro viajero americano por el hecho de ser bilingüe, tendrá mayor capacidad de organización en la «bodega» de su cerebro para procesar la información nueva.

Existe la creencia de que el cerebro de los hablantes bilingües es distinto del de los monolingües. Es un mito. No existen regiones cerebrales «especiales» propias de los bilingües. Creer algo así equivaldría a decir que los tenistas tienen distinta estructura ósea en las manos.

Lo que sí ocurre, es que al hablar dos idiomas estamos manejando dos subsistemas lingüísticos independientes entre sí, y al igual que con el deporte, cuanto más se practica mejores serán los resultados finales. De lo que no hay duda es de que el hablante políglota tiene mayor capacidad de comunicación verbal: conocimiento metalingüístico, competencia lingüística, pragmática y motivación.

Vamos, que los bilingües pueden presumir de súper-cerebro.

 

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Hablantes bilingües. 5 ventajas a tener en consideración.

hablantes  bilingües

Los hablantes bilingües tienen el doble de posibilidades de salir de un apuro.

 

¿Qué tienen en común las actrices Penélope Cruz, Gwyneth Paltrow o la encantadora Lupita Nyong’o? Efectivamente, son bilingües. Hablan español e inglés perfectamente.

Los hablantes bilingües tienen el doble de posibilidades, lingüísticamente hablando, a nivel social, laboral o incluso sobre la alfombra roja ya que su mensaje podrá ser enviado en dos lenguas distintas. Un ejemplo de la soltura o swing que aporta el bilingüismo es la actriz keniana-mexicana y recientemente ganadora del Oscar Lupita Nyong’o. A continuación nos habla de cómo aprendió español en Méjico.

 

[youtube width=»600″ height=»400″]https://www.youtube.com/watch?v=XWSOo_Us7Ss[/youtube]

 

Pero, ¿qué significa ser bilingüe? Una persona bilingüe tiene la capacidad para comunicarse de forma independiente y alterna en dos lenguas. También hace referencia a la coexistencia de dos lenguas en un mismo territorio. El fenómeno, por consiguiente, posee una vertiente individual y otra social. Por este motivo, es objeto de estudio de distintas disciplinas (sociolingüística, psicolingüística, neurolingüística, pedagogía, etc.).

No cabe duda de que los bilingües tienen un mayor número de ventajas sobre aquellos que conocen un único idioma. He intentado sintetizar en 5 las que considero más importantes:

1. Si la segunda lengua se aprende en la infancia mejor que mejor. Los niños pequeños aprenden el segundo idioma por imitación, generalmente en casa y en colegios bilingües. Está demostrado que su capacidad para la comunicación,  su conocimiento y gestión de la información global será superior a la media. Una mente bilingüe genera más ideas y tiene mayor facilidad para funcionar en «modo multitarea». También les será más fácil aprender nuevos idiomas en el futuro.

2. El Alzheimer es una realidad con la que tenemos que convivir. Pero a los hablantes bilingües con un cerebro entrenado en dos idiomas propensos a desarrollarla, la enfermedad les llegará mucho mas tarde que a los hablantes monolingües. Sus efectos (degeneración cognitiva) serán menos drásticos gracias al hecho de haber mantenido el cerebro activo intercambiando información entre dos lenguas.

3. No tiene nada que ver viajar hablando sólo  tu lengua materna que hacerlo siendo bilingüe (un español siempre pensará en el inglés. Un extranjero probablemente en el español). Es una cuestión de mejorar la calidad de nuestro tiempo (evitar traducciones, malentendidos y solucionar problemas) y de sentirse uno realizado al interactuar con la cultura, el arte o los medios de comunicación de primera mano. Una segunda lengua te hará percibir el mundo de forma más global, culturalmente hablando, y a sentirte un ciudadano más conectado por el lenguaje donde quiera que estés. Al hablar la lengua de otra comunidad, podremos hacer nuestras con más facilidad sus tradiciones y estilo de vida.

4. la cuarta ventaja habla por sí sola. El mundo del trabajo. El bilingüe tiene más posibilidades de encontrar trabajo y de encontrarlo fuera de su país. Las opciones crecen de manera exponencial y en calidad también. ¿Además, quién querría estar en una oficina o un trabajo de proyección internacional siendo el único hablante monolingüe? El momento en el que sonara el teléfono sería una película de terror.

Por otro lado, a nivel académico, es necesario en muchos países el dominio de una segunda lengua para acceder a la Universidad.

5. . O lo que en su globalidad significa para ti hablar dos idiomas. Lo he dejado para el final pero lo considero el más importante. No todos los bilingües (o trilingües) han aprendido su segunda lengua en la infancia. No todos padecerán Alzheimer. No todos lo necesitarán en su trabajo o tendrán una capacidad viajera. Pero hay beneficios comunes para los que lo somos. El bilingüe que mantiene una actitud activa y curiosa por añadir matices lingüísticos a lo que ya sabe, observa e interactúa con la vida de manera más abierta reflejándose esto en su autoestima. Al estar expuesto a un mayor número de canales de información (estímulos proporcionados fruto de su dualidad lingüística), aumentan su creatividad, inteligencia emocional, sus relaciones sociales, tolerancia y también su empatía.

El cerebro bilingüe procesa mejor la información, es más grande y se mantiene joven durante más años. Está demostrado que nuestro cuerpo y mente mejoran su unión al dominar más idiomas.

Aprender y entender mejor, como conclusión del bilingüismo.

 

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Un vistazo a la inmersión lingüística. Parte 2

 

linguistic immersion

Si vas, lo sabrás.

 

Article in Spanish/ English.

Las aficiones que aparecen en nuestra vida cuando menos lo esperamos tienen un extra de emoción. Si además suceden en el ámbito del aprendizaje de una segunda lengua, el desafío y la recompensa por lo aprendido se dispara.

Un término que ha llegado para quedarse. La «inmersión lingüística» se ha convertido en pocos años en vocablo de moda. Google me dice que existen 445.000 entradas para un concepto que cada vez se lee y se oye más y no sólo entre profesionales y aprendices de idiomas. Es normal, se entiende a la primera que consiste en empaparse de la cultura y lengua meta deseadas para extraer el máximo conocimiento de ambas y alcanzar así el bilingüismo.

El motivo de estas líneas es animar, a primerizos sobre todo y a los que se lo piensan demasiado, a descubrir la realidad del lenguaje en su estado puro, por ello, si el primer artículo abordaba el salto al destino lingüístico desde «casa» o cómo podíamos preparar el terreno antes de «zambullirnos en el mar de las expresiones de los países de ultramar», esta segunda parte pone su foco en nuestras expectativas, sueños y cosas que nos gusta hacer antes de venir a España a tiro hecho.

Estas tres sugerencias harán que tu escapada española comience mucho antes de subirte al avión:

1. Ahora que sabes a donde quieres ir y dónde vas a estudiar, no está de más que conozcas el lugar de antemano. Nunca ha sido tan fácil como ahora: mapas, distancias, calles, tiendas, plazas, museos, parques, centros comerciales, sitios con WIFI, bancos, transportes… tener localizados los lugares clave te ahorrará el síndrome del trotamundos despistado que pregunta a los locales sin parar con un mapa arrugado en la mano. Te conviene tener controladas tus opciones de ocio para economizar tiempo antes de la «zambullida».

2. Las aficiones de las que hablábamos en el primer artículo las vamos a buscar. Céntrate en algo que te encante y domínalo también «en español». Un apasionado del arte moderno cuando viaja sabe donde están los museos, al igual que el buen gourmet no puede regresar a su país sin degustar la cada vez más influyente cocina española. Parece algo obvio explorar nuestros gustos fuera de nuestras fronteras, pero se puede ir más allá, si lo tuyo es el arte y visitas el museo Guggenheim en Bilbao (nuestra excursión preferida), ¿cuánto podrías contar en español sobre lo que has visto? ¿hasta dónde te sumerges desde el punto de vista léxico y semántico? Piénsalo.

3. Cuando cursé mi Beca Erasmus en Manchester, Inglaterra, recuerdo como un amigo se inventó nada más llegar un estilo de vida que apenas conocía: el kárate. De las sesiones en el gimnasio pasó a tener su «peña karateca» excursiones y eventos incluidos. He sabido que a día de hoy, muchos años después, ha llegado a convertirse en algo así como un «maestro» de las artes marciales. No puedo pensar en aquel chaval sin acordarme de Forrest Gump. Quiero decir con esto que un programa de inmersión puede ser doblemente enriquecedor. Una oportunidad más allá de las reglas gramaticales te puede sorprender…viajas a España para afinar tu segunda lengua y de vuelta a casa traes una guitarra flamenca al hombro. Y todo porque en algún momento te enganchaste al virtuosismo de Paco de Lucía.

Las aficiones que aparecen en nuestra vida cuando menos lo esperamos tienen un extra de emoción. Si además suceden en el ámbito del aprendizaje de una segunda lengua, el desafío y la recompensa por lo aprendido se dispara. A parte de la experiencia, ¿Crees que merece la pena todo ese input lingüístico nuevo?

No quiero terminar de escribir sin agradecer a los chicos de Linguistadores el haber compartido en su blog la primera entrega que un servidor redactó hace 8 meses.

Y si te apetece leer algo más sobre este tema, échale un ojo a este otro artículo:

Que pases un buen día.

 

A quick look at language immersion. Part 2.

«The excitement of taking up new hobbies when we least expect ourselves to do so has an extra touch of emotion. When it happens during the learning context of a second language, the challenge and reward for what we’ve learned shoots up.»

An expression that has come to stay. «Linguistic immersion» has become within a few years a trendy term. Google tells me that there are 445.000 entries for a concept that seems to be more and more read and heard and not only among professionals and language learners. It’s normal, it’s understandable that it is about getting soaked with the desired culture and target language to obtain the maximum knowledge from both to master bilingualism.

The purpose of these lines is to encourage the ones who think about it too much and especially first-time learners to discover language reality in its purest state, for this reason, If the first article moved toward the linguistic destination from «home» or how we could pave the way before «Before diving into the idiomatic sea of distant countries», this second part focuses on our expectations, dreams and things we like doing before coming to Spain directly.

These three suggestions will make your Spanish getaway starts much before you board your flight.

1. Now that you know where you want to go and study, it might be of interest that you gain prior knowledge of the place you are going to. It’s never been as easy as now: maps, distances, streets, shops, squares, museums, public parks, shopping centres, indoor WIFI places, banks, transports… to know where the key places are, will save yourself from the absent-minded globetrotter syndrome characterised by asking the locals nonstop with a crumpled map in your hand. It is convenient to have your leisure options under control to save time before you «dive in».

2. We will look for the hobbies we talked about in the first article. Focus on something that you love and master it «in Spanish» as well. A modern art freak, when he travels, knows where the museums are, just like a good gourmet can’t go back into his country without tasting the increasingly influential Spanish cuisine. It looks obvious to explore our tastes outside our borders, but we can go further, if you are into art and visit the Museum Guggenheim in Bilbao (our favourite excursion), how much would you be able to tell in Spanish about what you’ve seen? How deep will you dive from the lexical and semantic point of view? Think about it.

3. I remember when I went on an Erasmus program in Manchester, England, how a friend soon after his arrival, invented for himself a style of life that he hardly knew: karate. From the gym sessions he joined a «karate group» that included excursions and events. I was told nowadays, many years later, that he has become some kind of martial arts «maestro». When I remember that young lad I cannot help thinking about Forrest Gump. In other words, an immersion programme can have two-fold positive effect. An opportunity beyond grammatical rules can surprise you… you travel to Spain to fine-tune your second language and on your way home you bring a Spanish guitar on your shoulder. All because at some point you got hooked to Paco de Lucía’s virtuosity.

The excitement of taking up new hobbies when we least expect ourselves to do so has an extra touch of emotion. When it happens during the learning context of a second language, the challenge and reward for what we’ve learned shoots up. Apart from the experience, do you think it is worth all that new linguistic input?

I don’t want to stop writing without thanking the guys from Linguistadores to have shared in their blog the first issue I wrote 8 months ago.

If you feel like reading a bit more on this topic, see this article:

Have a great day.

 

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