Un vistazo a la inmersión lingüística. Parte 2

 

linguistic immersion

Si vas, lo sabrás.

 

Article in Spanish/ English.

Las aficiones que aparecen en nuestra vida cuando menos lo esperamos tienen un extra de emoción. Si además suceden en el ámbito del aprendizaje de una segunda lengua, el desafío y la recompensa por lo aprendido se dispara.

Un término que ha llegado para quedarse. La «inmersión lingüística» se ha convertido en pocos años en vocablo de moda. Google me dice que existen 445.000 entradas para un concepto que cada vez se lee y se oye más y no sólo entre profesionales y aprendices de idiomas. Es normal, se entiende a la primera que consiste en empaparse de la cultura y lengua meta deseadas para extraer el máximo conocimiento de ambas y alcanzar así el bilingüismo.

El motivo de estas líneas es animar, a primerizos sobre todo y a los que se lo piensan demasiado, a descubrir la realidad del lenguaje en su estado puro, por ello, si el primer artículo abordaba el salto al destino lingüístico desde «casa» o cómo podíamos preparar el terreno antes de «zambullirnos en el mar de las expresiones de los países de ultramar», esta segunda parte pone su foco en nuestras expectativas, sueños y cosas que nos gusta hacer antes de venir a España a tiro hecho.

Estas tres sugerencias harán que tu escapada española comience mucho antes de subirte al avión:

1. Ahora que sabes a donde quieres ir y dónde vas a estudiar, no está de más que conozcas el lugar de antemano. Nunca ha sido tan fácil como ahora: mapas, distancias, calles, tiendas, plazas, museos, parques, centros comerciales, sitios con WIFI, bancos, transportes… tener localizados los lugares clave te ahorrará el síndrome del trotamundos despistado que pregunta a los locales sin parar con un mapa arrugado en la mano. Te conviene tener controladas tus opciones de ocio para economizar tiempo antes de la «zambullida».

2. Las aficiones de las que hablábamos en el primer artículo las vamos a buscar. Céntrate en algo que te encante y domínalo también «en español». Un apasionado del arte moderno cuando viaja sabe donde están los museos, al igual que el buen gourmet no puede regresar a su país sin degustar la cada vez más influyente cocina española. Parece algo obvio explorar nuestros gustos fuera de nuestras fronteras, pero se puede ir más allá, si lo tuyo es el arte y visitas el museo Guggenheim en Bilbao (nuestra excursión preferida), ¿cuánto podrías contar en español sobre lo que has visto? ¿hasta dónde te sumerges desde el punto de vista léxico y semántico? Piénsalo.

3. Cuando cursé mi Beca Erasmus en Manchester, Inglaterra, recuerdo como un amigo se inventó nada más llegar un estilo de vida que apenas conocía: el kárate. De las sesiones en el gimnasio pasó a tener su «peña karateca» excursiones y eventos incluidos. He sabido que a día de hoy, muchos años después, ha llegado a convertirse en algo así como un «maestro» de las artes marciales. No puedo pensar en aquel chaval sin acordarme de Forrest Gump. Quiero decir con esto que un programa de inmersión puede ser doblemente enriquecedor. Una oportunidad más allá de las reglas gramaticales te puede sorprender…viajas a España para afinar tu segunda lengua y de vuelta a casa traes una guitarra flamenca al hombro. Y todo porque en algún momento te enganchaste al virtuosismo de Paco de Lucía.

Las aficiones que aparecen en nuestra vida cuando menos lo esperamos tienen un extra de emoción. Si además suceden en el ámbito del aprendizaje de una segunda lengua, el desafío y la recompensa por lo aprendido se dispara. A parte de la experiencia, ¿Crees que merece la pena todo ese input lingüístico nuevo?

No quiero terminar de escribir sin agradecer a los chicos de Linguistadores el haber compartido en su blog la primera entrega que un servidor redactó hace 8 meses.

Y si te apetece leer algo más sobre este tema, échale un ojo a este otro artículo:

Que pases un buen día.

 

A quick look at language immersion. Part 2.

«The excitement of taking up new hobbies when we least expect ourselves to do so has an extra touch of emotion. When it happens during the learning context of a second language, the challenge and reward for what we’ve learned shoots up.»

An expression that has come to stay. «Linguistic immersion» has become within a few years a trendy term. Google tells me that there are 445.000 entries for a concept that seems to be more and more read and heard and not only among professionals and language learners. It’s normal, it’s understandable that it is about getting soaked with the desired culture and target language to obtain the maximum knowledge from both to master bilingualism.

The purpose of these lines is to encourage the ones who think about it too much and especially first-time learners to discover language reality in its purest state, for this reason, If the first article moved toward the linguistic destination from «home» or how we could pave the way before «Before diving into the idiomatic sea of distant countries», this second part focuses on our expectations, dreams and things we like doing before coming to Spain directly.

These three suggestions will make your Spanish getaway starts much before you board your flight.

1. Now that you know where you want to go and study, it might be of interest that you gain prior knowledge of the place you are going to. It’s never been as easy as now: maps, distances, streets, shops, squares, museums, public parks, shopping centres, indoor WIFI places, banks, transports… to know where the key places are, will save yourself from the absent-minded globetrotter syndrome characterised by asking the locals nonstop with a crumpled map in your hand. It is convenient to have your leisure options under control to save time before you «dive in».

2. We will look for the hobbies we talked about in the first article. Focus on something that you love and master it «in Spanish» as well. A modern art freak, when he travels, knows where the museums are, just like a good gourmet can’t go back into his country without tasting the increasingly influential Spanish cuisine. It looks obvious to explore our tastes outside our borders, but we can go further, if you are into art and visit the Museum Guggenheim in Bilbao (our favourite excursion), how much would you be able to tell in Spanish about what you’ve seen? How deep will you dive from the lexical and semantic point of view? Think about it.

3. I remember when I went on an Erasmus program in Manchester, England, how a friend soon after his arrival, invented for himself a style of life that he hardly knew: karate. From the gym sessions he joined a «karate group» that included excursions and events. I was told nowadays, many years later, that he has become some kind of martial arts «maestro». When I remember that young lad I cannot help thinking about Forrest Gump. In other words, an immersion programme can have two-fold positive effect. An opportunity beyond grammatical rules can surprise you… you travel to Spain to fine-tune your second language and on your way home you bring a Spanish guitar on your shoulder. All because at some point you got hooked to Paco de Lucía’s virtuosity.

The excitement of taking up new hobbies when we least expect ourselves to do so has an extra touch of emotion. When it happens during the learning context of a second language, the challenge and reward for what we’ve learned shoots up. Apart from the experience, do you think it is worth all that new linguistic input?

I don’t want to stop writing without thanking the guys from Linguistadores to have shared in their blog the first issue I wrote 8 months ago.

If you feel like reading a bit more on this topic, see this article:

Have a great day.

 

Syllabus is the young Spanish school for the people who ♥ Spanish

Lo que cuentan los colores

flores rosas en primavera

Verlo todo de color de rosa es una suerte.

 

Uno de los poetas españoles más destacados, Antonio Machado, describía Soria así: «(…) colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas (…)»

Como los españoles somos muy espontáneos y elocuentes al hablar, nuestro lenguaje se beneficia de ello. A más de un estudiante de español le ha llamado la atención el alto contenido cromático que habita en nuestras expresiones: «de noche todos los gatos son pardos»; «ponerse rojo como un tomate»; «pasar la noche en blanco»; «pagar en dinero negro»; «estar muy verde»…

El abanico léxico español en cuanto a colores se refiere es muy amplio, como en «azulado» (de color parecido al azul) o «naranja» (semejante al color del fruto de naranja). El español además cuenta con muchísimos nombres de colores que expresan matices intermedios: «verdemar» (verdoso como el mar) o «azul celeste» (azul muy claro).

Existe en Europa una clara tradición muy arraigada en el pasado que opone el color blanco al negro. Este contraste entre «lo claro» y «lo oscuro» tiene un origen primitivo: el día y la noche. Son expresiones españolas referentes a este doblete «más claro que el agua» (claro y seguro) y «ser la oveja negra» (oveja descarriada. Persona de mala conducta dentro de una comunidad o un grupo).

La oposición semántica entre el blanco y el negro tiene mucha fuerza. El blanco simboliza la pureza, la luz y la inocencia, mientras que el negro el mal, la muerte y los problemas. Fijaos en los ejemplos: «un caballo blanco» (una persona protectora) y «tener la negra» (tener mala suerte). Pero existen excepciones que alteran la norma: «pasar la noche en blanco» (no dormir) o «agujero negro» (cuerpo de extrema densidad y gran atracción gravitatoria en el cosmos).

En España utilizamos la expresión «para gustos se han hecho los colores» porque existen millones de colores y millones de cosas que nos pueden gustar o no. Pero cuando se enfrentan la calidad y los gustos el debate se complica porque ¿qué pasa entonces con el buen gusto entendido de forma universal? ¿Le colgamos un depende? A mi entender siempre ha existido el buen gusto y el mal gusto, las categorías. Un Velázquez o un Goya podrían no gustar a pesar de ser máximos exponentes de la pintura española. Estamos pues oponiendo jerarquías en virtud de una calidad contrastada frente a apreciaciones, estilos y complacencias personales.

Romance y ortografía

amor y gramática

 

Leo algo en Facebook que me hace reír y a continuación pensar:

Se conocieron a la salida de un bar.

Fue amor a primera vista.

Intercambiaron números de teléfono.

A la mañana siguiente:

Ella: hola guapo, ¿cómo estás?

Él: vien ermosa, y tu?

Ella cambia de número, de ciudad y … hasta de nombre.

FIN

¿Cuánta «incompetencia lingüística» estaríamos dispuestos a asumir por el ser amado?

¿Tenemos una especie de termómetro que nos avisa de cuando echar a correr ante los gazapos gramaticales de quienes esperamos «algo» o por el contrario el amor lo perdona todo?

Bromas aparte, está demostrado que un correcto uso del lenguaje favorece las relaciones interpersonales. Si dos personas comparten el mismo nivel de habla tendrán mucho terreno ganado para un futuro desarrollo en su relación, cualquiera que sea. El lenguaje escrito es nuestra «tarjeta de visita», nuestras credenciales educativas y una buena ortografía puede llegar a enamorar.

Esta reflexión afina bastante el asunto. Quizá deberíamos entender la ortografía como parte de nuestro atrezzo lingüístico, las gotas de perfume que redondean nuestra presencia gramatical. Lo que no se escucha pero se lee y dice mucho de quienes somos.

Romance y ortografía, más cerca de lo que creíamos.

Santander, ciudad literaria.

www.syllabus.es

Un muro donde podemos leer un extracto de Sotileza de José María Pereda.

 

Por Cristina Vidal

Cristina Vidal, licenciada en Filología Hispánica y experta en la poesía del XX, es desde Junio de 2014 profesora de español y literatura en Syllabus. Su sincera implicación y vocación en la enseñanza son sus credenciales y quienes mejor lo saben son los alumnos que asisten a sus clases.

Son las 9 de la mañana de un radiante 28 de agosto de 2014 y voy a dar comienzo a la clase de literatura y poesía. Este verano los días de sol y buen tiempo parecen no tener fin, por eso y porque las clases en vivo despiertan la curiosidad de los alumnos mejor que ninguna otra, nos reímos y asimilamos mejor la información, la lección de hoy la vamos a dar en la calle. Nos encontramos en la Biblioteca Menéndez Pelayo, muy cerca del Ayuntamiento, allí vamos a visitar la Casa Museo.  Es un lugar en el que me podría quedar toda la mañana, una construcción de madera que muestra los dos pisos en los que se encuentran más de cuarenta mil obras, todas ellas a nuestra disposición.

Una alumna se interesa por la extensísima biblioteca particular de este escritor y crítico literario santanderino  y me pregunta: «¿Por qué su biblioteca está fuera de la casa?» La respuesta resulta tan curiosa como anecdótica, el niño Menéndez Pelayo ávido de conocimiento, traía todos los libros que tenía posibilidad de comprar con sus pequeños ahorros. Su madre, cansada de tener todos los armarios de la casa llenos de volúmenes de la mejor literatura, pidió a su marido que buscase una solución. Así fue como el padre de este escritor construyó una biblioteca al otro lado del jardín para que su hijo acumulase sus obras literarias. Más tarde, al morir, legó a su ciudad natal todas las obras y su biblioteca, donde en esos momentos nos encontrábamos.

Al salir seguimos con la curiosidad de conocer más sobre la literatura en Santander y dejamos atrás la calle Alta, donde nació el anterior escritor, para descubrir la rampa de Sotileza. Tal vez sea el monumento más sorprendente (en la imagen). Les explico que la rampa de Sotileza lleva el nombre de una de las grandes novelas de Pereda y que aquello que ven escrito en la piedra son fragmentos de esta. El sol no solo acompaña una divertida clase en la calle, sino que se asoma entre los edificios para reflejar toda la inscripción, el metal de sus letras. Parece que el texto quiera llamar nuestra atención y nos invite a su lectura. Tal vez en un futuro se animen a hacerlo.

Llegó la hora de recitar poesía y de conocer a José Hierro. En semicírculo rodeamos su monumento en Puerto Chico, los raqueros descritos en las obras de Pereda nos observan desde cerca. Todos los autores parecen estar en irónica relación. A pesar de ser natural de Madrid, podemos comprender el amor de José Hierro por Santander, por su mar bravo, por su bahía, pocos lugares tienen esta magia. Las palabras del poeta se quedan en el aire y reflexionamos sobre lo que quieren decir, cada uno interpreta según sus sentimientos. Con este pensamiento nos dirigimos hacia nuestro último destino.

Terminamos el recorrido sentados en la terraza del Café de Pombo, una cafetería que nos recuerda a aquellos encuentros literarios como los del Café Gijón de Madrid. Entre bromas recordamos alguna anécdota, la amistad entre algunos escritores…quizá el día de mañana alguno de ellos forme parte de todo esto. Es entonces cuando hacemos la pregunta: “¿Qué tienen en común Menéndez Pelayo, José Hierro, Gerardo Diego o José María de Pereda?”  Todos ellos están relacionados de algún modo con Santander, como ahora nosotros.

Aunque parece no terminar nunca,los chicos están satisfechos con la clase. Les prometo una segunda parte porque nos hemos dejado «escritores en el tintero», como el importante Gerardo Diego. Nos despedimos hasta el día siguiente y con sus mochilas al hombro caminan hacia la playa.

Héroes

 Star Wars

El héroe en la ficción debe aprender para superar epopeyas extraordinarias. Star Wars.

 

En 1977 David Bowie publicó el disco Low en el que se puede escuchar el clásico y atemporal  Heroes. Una canción de una cadencia poderosa cargada de imágenes épicas: «ser héroes solo por un día» o «por siempre». El valor del tiempo queda patente en un  mensaje romántico, de Romanticismo, como un grito desde el más allá suplicándonos  que cojamos las rosas antes de que se marchiten. Para que vivamos el momento.

El héroe Byroniano que canta Bowie contrasta con otro «héroe», su admirado Luis Buñuel autor de la película preferida del cantante, Un perro andaluz, dirigida e interpretada por él mismo en 1929.

Buñuel fue un transgresor en su momento. Se la jugaba. Rompió las reglas narrativas con su cine provocador  asumiendo un riesgo superado con creces por su éxito internacional. Un creador influenciado por el surrealismo. Quijotesco para algunos, idolatrado por otros e imprescindible para todos.

Este artículo va de héroes.

El héroe de hoy ya no es lo que era (en el mejor sentido de la palabra), sus «hazañas extraordinarias» para salvar a la humanidad ahora están directamente conectadas con la justicia social y la solidaridad. Su «poder sobrehumano» radica en lo intelectual más que en lo físico. En nuestros días el héroe alcanzará la gloria deteniendo una guerra o descubriendo una vacuna que salve miles de vidas en lugar de derrotando ejércitos invencibles.

En ocasiones los héroes son a su vez víctimas, como Blas de Lezo y no reciben el reconocimiento que merecen por sus hazañas. Blas de Lezo fue un marino español que entró en batalla por primera vez siendo un grumete de quince años allá por 1704. Un corajudo hombre de mar que con veinticinco años era tuerto, cojo y manco a causa de los combates.

Le llamaban «Mediohombre», pero el almirante Blas de Lezo era más que un hombre entero. A pesar de su invalidez, nuestro astuto, bravo e inteligente héroe continuó con su carrera naval que culminó con la defensa y victoria en Cartagena de Indias hasta que murió en 1741. Han tenido que pasar muchos años para que se honrase la memoria de Lezo. Las últimas muestras de reconocimiento que ha recibido: una exposición en el museo naval de Madrid, una estatua y en breve podremos ver una película.

Los tiempos cambian y los héroes también. En la sociedad actual a diferencia del titán mitológico, literario o de ficción, el héroe a menudo es el hombre corriente y su «proeza» se fundamenta en el intento de liberar a sus semejantes de las ataduras sociales y de los miedos que les bloquean para que se realicen como individuos libres (We can be us, just for one day) . John Keating, el profesor interpretado por el actor Robin Williams en la película El Club de los poetas muertos lo sabía. La poesía fue la espada con la que abrió el camino a sus pupilos para que pensaran libremente y aprendieran a expresar sus emociones a través del carpe diem pero sin perder la razón.

El sistema necesita de «rebeldes» que despierten conciencias y que gracias a su valentía y a su conocimiento  hagan del mundo un lugar pacífico y libre.

Reivindiquemos al Auténtico.

 

Syllabus is the young Spanish school for the people who  Spanish

¿Sueñas en español?

El Principito.

Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad. El Principito.

Artículo en español/ inglés.

Los sueños hacen maravillas, también con el lenguaje. Seguro que alguna vez te has preguntado en qué idioma sueñas. Si has conseguido soñar en tu lengua meta, el español por ejemplo, es porque tu competencia lingüística va por buen camino. Tu cerebro ha asumido la nueva lengua como un objetivo y ha comenzado a procesar información en ella.

Estudios demuestran que cuando aprendemos un idioma, comenzamos a pensar en él, por tanto el contenido de nuestros sueños se verá afectado de forma natural por lo que hemos aprendido. El idioma en el que soñemos estará determinado por nuestra situación personal e  inquietudes. Lo más probable es que si te acuestas pensando en sacar a pasear al perro al día siguiente, sueñes en tu lengua materna, en cambio si lo que ocupa tus pensamientos son unas vacaciones por España tendrás más posibilidades de caer en los brazos de Morfeo «en español».

Así que antes de dormirte no te olvides de contar ovejitas… en español.

 

Do you dream in Spanish?

Dreams can do wonders, also with the language. Sure you have asked yourself in which language you dream. If you’ve got to dream in your target language, Spanish for instance, it is because your linguistic competence is already on the right track. Your brain has assumed the new language as an objective and has started to process its information.