La peor palabra del año.

la peor palabra del año

«Los límites de mi lenguaje suponen los límites de mi mundo».

Ludwig Wittgenstein (1889-1951).

 

Es ya casi una tradición que durante los días previos al año nuevo asistamos a toda clase de revisiones sociales, culturales, políticas e incluso lingüísticas. Sin ir más lejos la Fundèu BBVA se encarga de encontrar y dar a conocer cada 30 de diciembre «la palabra del año». Consiste en encontrar una voz que haya sido tendencia durante el año que dejamos atrás por su carácter etimológico, social o uso. No necesariamente tiene que ser un neologismo.

Iniciativas como ésta aportan su granito de arena para el enriquecimiento del lenguaje. Todos de acuerdo.

Lo siguiente es una contra idea ni tan popular ni tan cool como la elección de la palabra del año, pero después de haber estado haciendo zapping entre la telebasura de media tarde, la estupefacción me ha llevado a una catarsis y desde ahí he empezado a teclear. La idea aportaría un buen puñado de arena al lenguaje y además nos divertiríamos:

¿Y si votáramos por la palabra o expresión que quisiéramos apartar del buen uso del lenguaje? Votar la peor palabra del año, hablando en «platita».

Supongo que la idea no haría mucha gracia a los usuarios de muletillas, transformaciones innecesarias, perversiones del lenguaje, vulgarismos, extranjerismos e incorrecciones varias por mucho fin didáctico, parrandero e ingenioso que se busque. Las hay a patadas, las mismas que recibe el diccionario cuando el hablante inculto abre la boca. En definitiva, neoespañol a chorro libre.

Sin querer hacer una exhibición de lo malo del lenguaje, me quedo con estas tres perlas, tres candidatas al premio tan populares como terroríficas:

1.  «Lo que viene siendo». ¿Cómo es posible que exista esto? Pues existe y es una muletilla pandémica como pocas. Redundante e innecesaria se atreve con la reinvención del verbo ser, pero el verbo ser no puede estar «yéndose» o «viniéndose».

¿Tiene más sentido decir «estoy en lo que viene siendo la parada del autobús» que «estoy en la parada del autobús»?

Frases como «lo que es» o «lo que viene siendo» como mínimo no añaden ninguna información y están carentes de significado a no ser que se utilicen en contextos como «vas a ver lo que es cocinar bien» o «me mostró lo que es ser elegante».

No utilices esta muletilla tan propia del espanglish porque no vas a parecer un hablante más experimentado, es más, está directamente asociada con la carencia de vocabulario.

 

 

2.  No daré a conocer la fuente, pero esto lo he encontrado en internet : «vinistes, vistes y vencistes». La transformación verbal en cuestión existe y tiene motivos para ganarse un lugar de honor en el museo de los horrores lingüísticos.

La forma correcta de conjugar la segunda persona del singular del pretérito perfecto simple del verbo venir (también llamado pretérito indefinido) es «viniste», sin la «s» final. Es raro escuchar a los estudiantes extranjeros decir «vinistes» o «veniste» en lugar de «viniste» ya que por lo general aprenden nuestro idioma ayudados de manuales o profesores, por ello sufren menos la exposición a este tipo de vulgarismos.

3 El anglicismo innecesario bien puede ocupar este tercer puesto. Dominar el inglés es necesario y actual que duda cabe, es más, las palabras que no tienen equivalente en español son bienvenidas porque enriquecen el idioma (béisbol, pub, gángster).

Lo cuestionable (por llamarlo de alguna manera) se produce cuando traducimos frases literalmente del inglés («tiene la mente hecha» (made up his mind) – en lugar de «tiene una opinión formada») o cuando abusamos de los anglicismos innecesaria y pretenciosamente. Lo siguiente se puede escuchar y no me refiero a países donde el espánglish campa a sus anchas: «La manager encargó unas muffins para amenizar el workshop». Entre los aficionados a los anglicismos no pueden faltar los creadores de falsos anglicismos, como aquellos que se forman añadiendo -ing al verbo o sustantivo (puenting, Vueling, feeling, tuning) y que producen engendros que ni siquiera existen en inglés con el significado que se les pretende atribuir.

El uso descontrolado del anglicismo sirve para tres cosas:

-Poco a poco arrinconan, degradan y envían al olvido a los términos originales del castellano.

-Complican la comprensión del idioma.

-Definen a sus adeptos o recordando el dicho, «por la boca muere el pez».

 

 

Demonizar los anglicismos es demonizar la evolución del lenguaje que nosotros creamos y «distribuímos», por lo tanto estamos ante una cuestión de equilibrio y de hacer un poco de pedagogía sobre el tema.

 

A propósito, ¿cuál sería para ti la peor palabra de 2016?

 

Syllabus is the young Spanish school for the people who Spanish.

Ser o estar, esa es la cuestión.

Verbos ser y estar

¿Es lo mismo ser malo que estar malo?

 

La cuestión que trae de cabeza a tantos estudiantes de español. Los profesores lo saben, los alumnos también. No le des más vueltas. Queremos arrojar un poco de luz sobre este asunto para que veas que distinguir entre los verbos ser y estar es más fácil de lo que parece.

¿La solución?

Aunque no existe una «norma mágica» que nos permita saber cuando utilizar uno y otro y sí varios intentos de diferenciación entre los dos verbos, estamos convencidos de que el método más apropiado y el que más afina en la distinción es el que hemos llamado esencia-estado. El verbo ser lo asociamos con lo esencial o la identidad de algo/alguien, mientras que el verbo estar refleja lo temporal y los estados de la persona.

Ejemplo clásico: Jorge es simpático (siempre lo es. Es parte de su carácter).

Jorge está simpático (ahora, pero no es lo habitual. Es algo pasajero).

Por supuesto existen numerosas excepciones en las que lo esencial en el verbo ser es dudoso: El coche es azul pero lo vamos a pintar de rojo.

A lo anteriormente dicho tenemos que añadir los usos de cada uno:

 

Ser se usa con:

elementos relacionados con la identidad: origen, profesión (soy abogado), personalidad y carácter, nacionalidad, descripción física, raza, género

cosas relacionadas (que ocurren) con el tiempo: acontecimientos, estaciones (en otoño se nota que los días son más cortos), fechas, días, etc.

Posesión. Pronombres posesivos (es suyo).

Estar se usa con:

Los estados físicos, emocionales y mentales de las personas: sensaciones, estados de ánimo, emociones (Estoy muy contento de volver a verte), apariencia física, estado civil (soltero, divorciado).

Lugares: localización de cosas y personas. Pablo está en Sevilla.

Movimiento: utilizamos el presente continuo. Estamos caminando hacia la bahía.

 

¿Es lo mismo ser bueno que estar bueno? Sería una buena pregunta para el doctor House, pero como no sabemos lo que podría contestarnos, vamos a resolverla nosotros. Ser bueno significa ser buena persona, bastante distinto de estar bueno, lo cual hace referencia a ser atractivo físicamente. Bueno tiene dos significados dependiendo del verbo que empleemos. La diferenciación por palabras es (aunque no nuestra preferida) otra manera de diferenciar entre ser y estar.

Fíjate en como estos adjetivos (borracho, listo…) cambian de significado dependiendo del verbo que empleemos:

    SER                        ESTAR

                                                       Borracho:    Alcohólico             Intoxicado

                                                       Listo:            Inteligente             Preparado

                                                       Preparado:  Educado                 Listo

                                                       Vivo:             Despierto               No muerto

                                                       Verde:           Color                     Inmaduro        

 

¿A que no era tan difícil?

 

Syllabus is the young Spanish school for the people who  Spanish