.
Dequeísmo y queísmo, otra pesadilla española.
¿A quién no le ha pasado alguna vez? Me refiero a cuando nos quedamos pensando si lo habremos dicho bien o no. Fíjate:
«Me alegra de que hayas aprobado el examen».
«Estoy seguro que el candidato vendrá».
El primer caso es un dequeísmo y el segundo un queísmo.