La paella que vino de Marte

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Ser soltero tiene muchas ventajas pero también algún que otro inconveniente. Debes saber hacer de todo un poco si no quieres vivir como nuestros antepasados en Altamira. En su día, y en un intento de escapar de la comida pre-cocinada y del jolgorio de la sección «grasisaturada» (se ruegan disculpas por la ausencia de tecnicismos), decidí apuntarme a un curso de cocina. El primer día de clase la profesora nos dijo: «Para cocinar con una Thermomix, no hace falta saber cocinar, solo hace falta saber leer», -menos mal, pensé, eso lo sé hacer-.