Luces, cámara… ¡hablamos español!: El cortometraje en la enseñanza de ELE.

El cortometraje en la clase  de español.
 
Los estudiantes que visitan Syllabus saben que nos gusta que los alumnos aprendan divirtiéndose, dejando de lado el libro de texto y  centrándonos en una enseñanza más natural y motivadora. El cine, la música, el teatro, la danza, las situaciones reales son un contexto ideal. Cristina Pablos, quien recientemente ha hecho sus prácticas de máster de la UIMP con nosotros, es consciente de las muchas virtudes del arte en el aula, y desde hace tiempo lleva poniéndolo en práctica. Lo suyo son los «cortos», pequeñas historias con las que deleitar la curiosidad cultural de sus alumnos a través del cine. Veamos como lo hace ella con un cortometraje.

Cuando enseñamos español a estudiantes de otras lenguas, siempre buscamos maneras de hacer las clases más vivas y significativas. Como profesora de español a veces siento que, por más que explico una estructura gramatical o muestro ejemplos del libro de texto, los alumnos no terminan de interiorizarlo. Aquí es donde el cortometraje se convierte en un aliado excepcional.

Recuerdo una clase en la que proyecté un cortometraje sobre una conversación cotidiana en una tienda. Hasta ese momento, mis alumnos tenían dificultades con las expresiones informales y con el uso de tiempos verbales en contexto. Sin embargo, al ver a los personajes interactuar en un ambiente real, con sus pausas, gestos y entonaciones naturales, algo cambió: comenzaron a imitar expresiones, a comentar detalles culturales
que antes no habían notado y, sobre todo, a perder el miedo a hablar.

El uso del cortometraje en la clase de español tiene muchas ventajas como la exposición al español real, puesto que ofrece una muestra auténtica del idioma. No es lo mismo leer un diálogo en el libro que escuchar a dos amigos discutir con entusiasmo sobre fútbol o ver a un abuelo dar consejos a su nieta. El español de la calle, con sus acentos, modismos y entonaciones, es clave para el desarrollo de la competencia comunicativa.
Además, ayuda en el desarrollo de la comprensión y la expresión ya que un cortometraje puede trabajarse en una sola sesión, permitiendo que los alumnos practiquen todas las destrezas. En una ocasión, tras ver un corto sobre un malentendido en un restaurante, mis estudiantes tuvieron que recrear la escena con sus propias palabras. Fue una actividad divertida y desafiante que les ayudó a consolidar estructuras sin ni siquiera darse cuenta.

Así mismo, el uso del cortometraje en la clase de ELE fomenta el enriquecimiento cultural puesto que más allá del idioma, el cortometraje acerca a los estudiantes a la diversidad cultural del mundo hispanohablante. Ver costumbres, gestos, celebraciones o incluso cómo se pide un café en diferentes países despierta curiosidad y fomenta el aprendizaje intercultural.

También, hay que tener en cuenta que para que el cortometraje sea una herramienta realmente efectiva en la clase de español, es importante acompañarlo de actividades adecuadas. Es importante, preparar actividades antes del visionado para activar conocimientos previos, por ejemplo, mostrando una imagen o haciendo preguntas como: «¿Cómo creéis que termina esta historia?» para generar interés. Después, durante el visionado, se pueden proponer pequeños retos, como identificar expresiones coloquiales o prever lo que va a ocurrir después de una escena. Por último, después del visionado es interesante fomentar la reflexión y la producción. Una de mis actividades favoritas es pedir a los estudiantes que imaginen un final alternativo y lo representen en pequeños grupos.

En resumen, el cortometraje es mucho más que un simple recurso audiovisual; es una puerta a la lengua viva, a la cultura y a la interacción significativa en el aula. Si alguna vez has dudado en incorporarlo a tus clases, te animo a hacerlo. Ver cómo los estudiantes se sumergen en la historia y se atreven a usar el idioma con mayor confianza es, sin duda, una de las mejores recompensas como docente de ELE.

 

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Basuraleza

 
Una palabra como «basuraleza» era necesaria; y lo es porque nadie se queda igual al oírla. Este neologismo nos hace pensar al instante que hay algo que no estamos haciendo bien.
¿Qué es basuraleza?
No es más que un término nuevo para un problema viejo. En marzo de 2018 el Proyecto Libera creó y promovió la palabra basuraleza con la intención de concienciar a la sociedad de este grave problema ecológico que consiste en «el abandono de la basura en los diferentes ecosistemas españoles».
La palabra surgió como alternativa al término inglés littering, con el que hasta entonces se venía citando el problema medioambiental del abandono de residuos en espacios naturales. El acrónimo surge de la unión de los términos basura y naturaleza, produciendo una voz lo suficientemente potente y directa como para despertar la conciencia de la ciudadanía. 

¿QUIÉN ES QUIÉN? Del salón de casa al aula de ELE.

¿Te acuerdas de estas caras?
¿Te acuerdas de estas caras?

En plena fiebre de lo vintage, donde lo antiguo es tendencia y se actualiza como si fuera un teléfono móvil, no podían ser menos los juegos de mesa, los de toda la vida, los que amenizaban las tardes con familia y amigos. Ana Piña, filóloga y alumna de Syllabus realizando sus prácticas de la UNIR, ha sabido capitalizar esta idea y darle un twist de lo más práctico, convirtiendo el mítico juego ¿Quién es quién? en herramienta de aprendizaje para la clase de ELE, eso sí, a la española y con más posibilidades de juego de las que conocíamos.

Cuando en 1860 un joven litógrafo llamado Milton Bradley decidió darle un giro de 180 grados a su negocio y comenzar a producir juegos de mesa, seguramente no se imaginaba que marcaría los recuerdos de muchos niños en todo el mundo durante generaciones, uniendo a familias y amigos alrededor de un tablero. Más de un siglo después, su nombre seguiría impreso en las cajas de los juegos de mesa de millones de familias: Hundir la flota, Conecta 4, Operaciones, Twister… Sin embargo, el protagonista de este artículo es el juego ¿Quién es quién?

DEPORTISTAS ESPAÑOLES DE ÉLITE Y EL MENSAJE QUE TIENEN PARA NOSOTROS.


1972. Paquito Fernández Ochoa unos instantes antes de alcanzar la gloria en Sapporo.
 
Si hay algo en lo que nos ponemos de acuerdo todos los españoles, algo que nos mantiene unidos vengamos de donde vengamos o votemos a quien votemos, eso es nuestros deportistas de élite: todos celebramos al unísono el triunfo de la Selección Española en un mundial, el último Grand Slam que gana Nadal o un podio de Fernando Alonso. Hay que reconocerlo y no es chauvinismo, España tiene un buen ramillete de mitos del deporte que ya quisieran en Marvel para su colección de héroes. 
Hay algo más que trasciende la simple admiración hacia el mitificado deportista profesional que aparece en el póster. Cuando nos preguntamos por qué está ahí en lugar de en un reality de disfraces, imaginamos un peregrinaje cargado de un esfuerzo físico enorme, así como toda clase de privaciones en pro de una meta, además de una concentración y determinación extraordinarias. Definitivamente, para ser el número uno hay que estar hecho de otra pasta.

LA DISLEXIA EN EL AULA DE ELE. Claves para su intervención.

Está siendo habitual en los últimos años que los alumnos de máster de ELE de la UNIR (Universidad internacional de la Rioja), cursen sus prácticas de máster en Syllabus. Esta vez hemos tenido la suerte de haber tenido con nosotros a Ana Sánchez, quien ha estado aprendiendo, desarrollando y poniendo en práctica su trabajo con estudiantes internacionales de español.
Ana está especializada en la enseñanza del español para alumnos disléxicos, así que nos ha querido ilustrar sobre este tema ofreciéndonos unas pautas para que éstos alumnos puedan optimizar su aprendizaje.

 
«Si yo no aprendo en el modo que tu enseñas, ¿por qué no me enseñas en el modo en que yo aprendo?». Harry Chasty, 1984.
 
¿Qué entendemos por dislexia? Esta es una pregunta interesante. Sin embargo, tal vez sea más útil comenzar diciendo qué no es. La dislexia no se trata de una enfermedad, ni de un déficit cognitivo; no implica daños neurológicos y no se reduce simplemente a un problema de lectura.
Para hacernos una idea de en qué consiste la dislexia, os voy a contar una anécdota que me ocurrió dando a clase a un niño con estas características. Un día, llevé al aula una actividad basada en un trabalenguas. Al resto de la clase le entusiasmó pero a este niño le cambió la cara. Cuando le pregunté si le gustaba la tarea, él me dijo que le parecía difícil y que le costaba mucho leer el trabalenguas, que las letras “se le movían”. Lo que para los demás era una tarea divertida y un reto que superar, para él era un trabajo que le exigía una atención y concentración extra. Más que un trabalenguas, era un mensaje escrito con un “código oculto”

 

 
Un niño o niña con dislexia tiene dificultades para leer bien las palabras y relacionar letras con sonidos, lo que hace que lean de forma lenta y con errores. También les cuesta entender lo que leen, recordar palabras y escribir correctamente.
He visto en las aulas a estudiantes disléxicos que tienen problemas con las actividades escritas porque les requieren más esfuerzo y tiempo que a los demás. A menudo, se les llama vagos o poco trabajadores, lo que les genera desinterés, falta de motivación y baja autoestima.
En cuanto al aprendizaje de una lengua extranjera, los estudiantes disléxicos tienen muchas dificultades. Les cuesta distinguir sonidos, reconocer y memorizar palabras, secuencias (como los días de la semana) e historias. También tienen problemas con rimas, ortografía, pronunciación y uso de estructuras fonológicas como invertir, sustituir o añadir sonidos y palabras (Carrillo, 2015). Por ejemplo, podrían decir «Me gusta el helado» como «El gusta me helado». Un aspecto curioso es como el alumnado disléxico puede tener una mejor comprensión del español hablado, aunque suelen experimentar mayor dificultad en la lectura de textos en voz alta.
Algunas pautas de intervención que se pueden llevar al aula de ELE para mejorar el aprendizaje del español en niños y niñas con dislexia pueden ser:
Métodos visuales y auditivos: apoyarse en elementos visuales o auditivos como imágenes, gráficos, palabras destacadas, infografías, videos o audios.
– Conciencia fonológica: enseñar claramente los sonidos de un nuevo idioma (L2/LE) y su relación con las letras. Se puede hacer mediante actividades como identificarpalabras que comienzan con el mismo sonido, dictados de palabras, formar palabras comunes, deletreo, etc.

– Vocabulario: aprender las palabras más comunes y recordar su pronunciación, especialmente en los niveles iniciales. Se pueden usar tarjetas visuales y juegos de memoria.

– Sesiones cortas, específicas y dinámicas: un método útil es la respuesta física total, que implica escuchar y responder con acciones para entender el significado de las palabras y aprender el lenguaje.

– Tecnologías: lectores de texto, audiolibros, aplicaciones y recursos digitales pueden ayudar a los estudiantes con dislexia a aprender a su propio ritmo.

La evaluación: debe adaptarse para centrarse más en el contenido que en la forma. Los exámenes escritos no siempre son eficaces para estudiantes con dislexia, por lo que se pueden usar otras opciones como la evaluación oral o hacer ajustes en las pruebas (dar más tiempo, simplificar las instrucciones, aumentar el espacio para escribir, organizar las preguntas de manera clara, resaltar palabras clave o dar ejemplos). También se pueden usar preguntas tipo verdadero/falso, opción múltiple o de unir términos. Al corregir, es importante no enfocarse en todos los errores, usar colores adecuados (sin rojo) y fomentar un enfoque positivo hacia los errores. Una de las cosas que más les gusta escuchar al alumnado disléxico en un examen es que se tome su tiempo.

La dislexia presenta dificultades, pero también fortalezas que podemos aprovechar en el aprendizaje de idiomas. Para estudiantes con dislexia en clases de español, es importante usar su creatividad, pensamiento visual y capacidad de adaptación. Superar los retos es posible con estrategias adecuadas, recursos alternativos y un buen vínculo entre docente y alumnado. Enfocarse en las fortalezas, celebrar los logros y motivarles mejora su autoestima y confianza.
ANA SÁNCHEZ RAMÍREZ

BIBLIOGRAFÍA
– Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP). (n.d.). Dificultades de aprendizaje: Cómo la dislexia afecta en la enseñanza del inglés. Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP).
https://www.isep.es/actualidad/dificultades-aprendizaje-dislexia-ensenanza-ingles/

– Cuetos, F. (2011). Psicología de la lectura (8ª edición). Madrid. Editorial Wolters Kluwer España Educación.

– Paniagua-Martín, D. (2024). La dislexia en la enseñanza de español como L2/LE: aportaciones teóricas y derivaciones prácticas. Biblioteca de Babel: Revista de Filología Hispánica, 5, 9-34.
https://doi.org/10.15366/bibliotecababel2024.5.001

– Carrillo Expósito, M.ª L. (año). Aprender de la dislexia para enseñar español: Introducción a la dislexia para afrontar la enseñanza de LE. SS di Io Grado E.
Cocchia, Avellino.

 

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TURISMO LINGÜÍSTICO: EL ENCANTO DE VIAJAR A TRAVÉS DEL IDIOMA.

El Palacio de la Magdalena es el edificio más simbólico de Santander.

De cuando en cuando tenemos la suerte de contar con un escritor/a invitado que nos ameniza el blog con sus inquietudes. Esta semana estamos encantados de que Marian, nuestra alumna en prácticas de la UNIR, haya querido darnos su punto de vista sobre un tema que conoce muy bien: el turismo lingüístico, también llamado turismo idiomático.

Por Marian López.

EL TURISMO IDIOMÁTICO, LINGÜÍSTICO O TURILINGÜISMO SON UNA COSA DE SIEMPRE.

Turismo lingüístico es un término relativamente nuevo para una práctica de toda la vida: viajar por un país mientras practicamos o aprendemos su idioma; es decir, una fusión entre ocio y aprendizaje. Tiene todo el sentido eso de zambullirse y empaparse completamente de su cultura: sus costumbres, artes, gastronomía, conocer a sus gentes y por supuesto su idioma. Todo lo que habíamos imaginado, leído o estudiado se materializa ahora siendo viajeros parlanchines mientras estamos de vacaciones.

La experiencia para el turista lingüístico lo es en su totalidad. Algo así como la puesta en escena de lo aprendido o como formar parte de la película que ya conocíamos porque nos convertimos en un actor más. El viaje se llena de sorpresas y novedades lingüísticas, si no que se lo pregunten a un tal Cristóbal.

Desde muy niña me atrajo siempre el mundo del turismo. Mi pasión por viajar, descubrir lugares diferentes, conocer otras culturas y costumbres, otras gentes, enriquecerme de las vivencias y experiencias en otros entornos, me llevó a estudiar la carrera de Turismo en la Escuela Universitaria de Turismo Altamira en Santander.

Mi estancia en la escuela durante cuatro años, fue una época que recuerdo siempre con mucho cariño. Tuve la suerte de disfrutar mis años universitarios en un lugar extraordinario, situado en un enclave inigualable. La escuela emerge sobre la playa del Sardinero. Desde su cafetería y su biblioteca solía disfrutar de las bellas estampas que cada día me regalaba la playa del Sardinero y nuestra hermosa costa color esmeralda, un mar a veces embravecido y otras veces en absoluta calma.

En aquel tiempo, la playa se convertía diariamente en una tentación difícil de obviar. De vez en cuando, me invitaba a cambiar alguna clase por un ratito de sol y risas entre compañeros. He de confesar que, en alguna que otra ocasión, me dejé seducir.

La 2ª playa del Sardinero en primavera.

Adoro esta tierra, Cantabria, su influencia celta, la amplia variedad de opciones que brinda a los miles de turistas y curiosos que cada año desean explorarla y que sin duda no les deja nunca indiferentes. Es un must en el norte de la España Verde.

Los visitantes disfrutan de su afamado turismo rural, repleto de tranquilos pueblos, de paseos y caminos de peregrinos, de valles que quitan la respiración y de playas de postal. Cada rincón de esta región cuenta una historia única que refleja su rico patrimonio cultural y natural. La presento siempre con orgullo y le otorgo el valor y el reconocimiento que merece, por todo lo mágico y especial que alberga y ofrece.

Recuerdo una anécdota muy divertida que siempre me viene a la mente y no puedo evitar sonreír cuando la saco a relucir entre amigos y algunos alumnos de español. El verano pasado, mientras realizaba una visita guiada en el refugio antiaéreo de Santander con mi hijo, un chico ucraniano que estaba en el mismo grupo de visita, interrumpió al guía exclamando: “perdón, estoy muy caliente y agobiado”¿puedo salir por favor? Ipso facto todos nos miramos y estallaron las carcajadas, mientras que el chico se quedó sorprendido y confundido por nuestra reacción.

Me acerqué y le dije:- tranquilo, sería más correcto decir: «tengo calor” en lugar de “estoy caliente”. Él, amablemente, me dijo que estaba aprendiendo español en un curso intensivo. Inicialmente se quedó paralizado y un poco avergonzado por su error, pero cuando le expliqué el sentido de la frase, rápidamente se unió a la diversión. Fue una anécdota que resultó inolvidable. 

Por costumbre heredada, he estado también vinculada al mundo de la hostelería trabajando junto a mis padres y mis hermanas durante mucho tiempo en el restaurante familiar; lo que me ha permitido conocer diversidad de clientes y muchos turistas procedentes de distintas nacionalidades. Esta experiencia ha sido clave para desarrollar la profesión que he ejercido durante los últimos 7 años como docente en el ámbito del turismo y la hostelería.

Marian en un descanso durante sus prácticas en Syllabus.

Me hace sentir bien ocupar mi mente aprendiendo cosas nuevas, soy una persona inquieta en este aspecto y por eso el año pasado me embarqué en el apasionante mundo de la enseñanza de español como lengua extranjera y comencé el máster en ELE en la Universidad de la Rioja. Y ¡cómo es de caprichosa la vida!, que como quien lanza un boomerang hoy me encuentro caminando de nuevo por aquellos pasillos y aquellas aulas donde hace 25 años reía y compartía anécdotas con mis compañeros de carrera.

Esta vez en cambio lo hago acompañada de Marcos Villa, mi tutor y director del centro Syllabus, donde realizo mis prácticas. Marcos me ha concedido la oportunidad de iniciar mi experiencia docente impartiendo clases de español con alumnos únicos procedentes de diferentes partes del mundo como, Roger, Gildas, Matt, Lisa, Antonio, Helena… una mezcla de nacionalidades y culturas que ha creado un ambiente de enriquecimiento mutuo. Todos ellos han supuesto una fuente de enriquecimiento personal y profesional inolvidable. Tienen como denominador común su interés por nuestra lengua y a la vez, se sienten muy atraídos por Cantabria, y especialmente por Santander.

Mis alumnos durante estas prácticas son la prueba fehaciente del binomio “turilingüismo”, el emergente y potente turismo idiomático que se oferta en nuestra provincia (y resto de España).

Syllabus, por su parte, es un centro embajador de esta modalidad de turismo ya que basa y concibe el español como parte de un “todo”, donde los estudiantes disfrutan su inmersión lingüística plena en todos los ámbitos que ofrece la ciudad: gastronomía, cultura, costumbres, deporte, etnografía y demás peculiaridades.

Ha sido para mí un placer acompañar a los estudiantes a descubrir esta “infinita” tierra a través de mi lengua materna, el español.

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