Palabras mágicas

¿Qué tiene la primavera que nos hace despegar los pies del suelo? Un poder parecido tienen todas esas palabras fascinantes e inspiradoras que nos hacen sentir bien, por su «sonido» o por su significado. Son palabras con una pizca de magia que parecen generar destellos, sosiego o alegría. Algunas tienen la peculiaridad de oírse muy poco, como si se hubieran perdido en el tiempo. Eso las aporta carácter y nos generan curiosidad por saber que significan. Hazte con un puñado de ellas y cuando las utilices, haz que suenen como palabras mágicas.

 

 

FILILÍ. Utilizamos este término para referirnos a algo delicado o sutil, pero ¡ojo!, no se lo llames a una persona porque le estarás llamando débil o de poca consistencia.

Un MANJAR es una comida deliciosa, exquisita. El manjar blanco es una crema dulce aromatizada con canela y piel de limón que se toma como postre. Cervantes lo cita en el Quijote durante una comida con Sancho Panza.

Nuestros días comienzan al DESPERTAR, pero tiene más acepciones:

-Hacer que alguien reflexione o recapacite.

-Hacer que nazca un deseo o sentimiento.

También es una novela del primer feminismo -muy influyente y «rompedora»- escrita por la estadounidense Kate Chopin en 1899.

 

Olvidadizo

 

¿Dónde habré puesto mis gafas? Si eres de los que las tienen que buscar a menudo, eres una persona OLVIDADIZA. Pensándolo bien, de vez en cuando no está mal ser un poco olvidadizo.

Del latín pristinus, PRÍSTINO significa primero u original. No es correcto su uso con el sentido de «cristalino o puro».

HIPOCAMPO  mas conocido como caballito de mar. ¿A quién no le pueden gustar? Tan frágiles como enigmáticos, son una de las criaturas marinas más difíciles de ver. Dicen los poetas que los caballitos de mar pueden morir de amor, porque según se cree, son monógamos y una vez eligen a su pareja no se separan de ella nunca.

MARMITE. Que se lo pregunten a los marineros del mar Cantábrico. Es su comida por excelencia en alta mar. Si quieres prepararlo, compra bonito, patatas, aceite de oliva, cebollas y ajos. La receta es muy sencilla. No confundir con esto.

 

Evanescencia

 

EVANESCENCIA. El DRAE lo define como « f. Acción y efecto de evanescerse o esfumarse algo». Las emociones pasajeras de la vida como si fueran sueños, terminan, se desvanecen, son evanescentes.

DIENTE DE LEÓN. Ya lo decía la canción, un juego de niños que te hará sabio. Sóplalo y verás.

«Dandelion don’t tell no lies
Dandelion will make you wise
Tell me if she laughs or cries
Blow away dandelion»

PERSEIDAS, popularmente conocidas como las Lágrimas de San Lorenzo, son una lluvia de meteoros visible durante mediados del mes de agosto. Su nombre hace referencia al mártir, o mejor dicho a las lágrimas que vertió al ser quemado en la hoguera.

¿Cuál es la tuya?

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Energía positiva en las palabras. Tres ideas.

 

Uno de nuestros primeros artículos hablaba sobre como una actitud abierta y optimista solamente podía beneficiarnos a la hora de aprender. En la vida cotidiana nos interesa aplicar la fórmula del optimismo a nuestras palabras y que ellas nos vuelvan más positivos.

 

¿Has pensado alguna vez en el poder que tienen las palabras que usamos a diario? ¿Elegimos las mejores palabras de nuestro repertorio o simplemente abrimos la boca y dejamos que salgan de manera automática?

Lo que ocurre es que inconscientemente hablamos utilizando «frases prefabricadas» sin preocuparnos demasiado por cómo influyen sobre nosotros a nivel psicológico. Con frecuencia nos perjudicamos en pequeñas dosis al introducir ideas negativas en el lenguaje. Digo esto sin querer adentrarme en territorios como la psicología o el coaching, en los que no soy experto.

Haz una pausa y compara «soy tonto, elegí la peor opción» con «me equivoqué, la próxima vez acertaré». Si te identificas más con la primera versión, es el momento de hacer un cambio, piensa en cómo hablas normalmente y si te afecta de manera positiva.

Pues bien, démosle la vuelta a la tortilla porque por suerte existen soluciones fáciles que mejoran nuestra autoestima y la percepción que los demás tienen de nosotros. Empieza por estas tres:

1. Cambia «agobiado» por «a tope».

Nuestra sociedad nos empuja (y nos mide por ello) hacia una realización que tiene que ver más con lo productivo que con lo personal. Esto nos produce una presión y un stress que a veces nos supera sin darnos cuenta.

Cuando nos preguntan «¿qué tal?» y contestamos «agobiado», sin quererlo estamos convirtiendo nuestra cabeza en el camarote de los hermanos Marx.

Prueba a cambiar el enfoque y substituye «agobiado» y toda la carga negativa que conlleva por la enérgica «a tope». Demuestra con este simple hábito que eres tú quien tiene el control sobre la actividad de tu vida y que eres capaz de disfrutar con ello sin dejar de lado tu felicidad. Así de sencillo.

No te agobies que es peor.

2. Adiós al debería, debo y tengo que.

Si hay algo que podemos decir de los verbos modales es que son capaces de limitar nuestra flexibilidad y autonomía.

«Debería hacer más ejercicio»; «Debo hacer la compra hoy a las 5 de la tarde»; «Tengo que escribir a mi novia para que no se enfade».

Todos ellos nos imponen un sentido de obligación más o menos fuerte, nos limitan y «reprimen». Estos verbos tienen un alto componente de rigidez que lejos de favorecer la diversidad (posibilidades) en nuestras acciones crean un impacto negativo sobre nuestra psique.

Fíjate en el debería. «Los deberías» tienen el peligro de volverse demasiado habituales y entrar en loop en nuestro habla. Si ese es el caso, conviene pensar en lo que realmente te importa. ¿Debería realmente preocuparme por todas las cosas que «debería» hacer? ¿Me sirven de algo? ¿Me hacen sentir bien? ¿Me proporcionan algún tipo de beneficio?

Si la respuesta es no, saca todo esos «deberías» de tu vocabulario y sustitúyelos por prácticos «voy a»; «voy a ir a…»; «quiero»; «haré»; «puedo»; «me encantaría»; «me gustaría»… todos estos términos tienen connotaciones positivas. Suponen una acción y por lo tanto un resultado. Desde el momento en que tomas tus propias decisiones te conviertes en una persona potencialmente productiva a través de la experiencia de hacer cosas.

También puedes aplicar esta fórmula al «debo» y al «tengo que».

3. El poder del «todavía».

Mejor verlo con un ejemplo: «No he encontrado mi trabajo ideal». Si añadimos «todavía» o una palabra o frase similar, el significado cambia y la probabilidad de éxito aumenta. Conseguimos rebajar el nivel de ansiedad y suavizar la sensación de «no estar a la altura» que nos producen este tipo de situaciones. «Todavía» o «aún» dan a entender que estamos en ello, seguimos en el proceso de búsqueda que nos mantiene en una actitud activa.

Además, el adverbio en cuestión, consigue que nuestra percepción de esperanza aumente y que abramos nuestra mente a nuevas/ distintas posibilidades que se nos presenten.

Estas han sido algunas ideas para encontrar energía positiva en las palabras.

 

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Parejas inseparables

 

John Lennon y Yoko Ono

John y Yoko, una pareja inseparable a pesar de muchas palabras.

Parece que siempre hayan estado ahí. Bien avenidas, en boca de todos y popularmente famosas. Las que se mantienen «en la carretera» después de unas generaciones son un poco como los viejos rockeros, nunca mueren.

Este artículo que ha caído en tus manos trata de esos tándemes inseparablemente peculiares de… palabras.

Técnicamente, las «parejas inseparables de palabras», se conocen como colocaciones y consisten en combinaciones de palabras caracterizadas por su alta frecuencia de uso (aquellos que quieran profundizar en el término pueden hacerlo aquí).

Se me hace raro oír la palabra pingue sin el sustantivo beneficio a continuación. Otras en cambio muy de la tele como llover ofertas o romper una lanza por alguien (significan respectivamente caer sobre uno con abundancia una cosa y dar la cara por alguien para defender sus intereses) han cobrado impulso y se han hecho tan famosas como los contertulios que las pronuncian -frecuentemente- en la telebasura.

Más ejemplos (modelos más usados en español):

montar una empresa · verbo + artículo + sustantivo

cambiar de trabajo · verbo + preposición + sustantivo

gafas de sol · sustantivo + preposición + sustantivo

vino tinto · sustantivo + adjetivo

alto riesgo · adjetivo + sustantivo

bailar alocadamente · verbo + adverbio

coche patrulla · sustantivo + sustantivo

perder peso · verbo + sustantivo

cambiar de chaqueta» · verbo + sustantivo

 

Sí, sé que debo perder peso... pero yo odio perder.

Sí, sé que debo perder peso… pero yo odio perder.

 

¿Qué tienen de particular estas peculiares parejas? Las colocaciones son imprevisibles. Hay que aprenderlas. A nadie se le ocurre decir coche de patrulla o cambiar trabajo. Para hablar correctamente nuestra lengua necesitamos conocer estas combinaciones de palabras, que además son muy prácticas y sirven para economizar el lenguaje. Compara: pronunciar un discurso con acudir a un lugar donde una o varias personas esperan para escuchar una exposición oral sobre un asunto determinado con el fin de ser convencidas o conmovidas. Casi nada.

Es un error común el tratar de traducir literalmente estas expresiones de una lengua a otra. ¿Cuántas veces hemos oído pedir a un extranjero un vino rojo (red wine en inglés) en lugar de un vino tinto? De ahí que sea necesario aprenderlas, y el caso es que no es tan difícil ya que en su conjunto se puede extraer el significado final a partir de uno de los elementos.

 

John y Yoko no eran los Beatles, pero si una popularísima pareja mediática. ¿Sabría algún experto decirme por qué John y Yoko nunca podría ser una colocación?

 

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