DEPORTISTAS ESPAÑOLES DE ÉLITE Y EL MENSAJE QUE TIENEN PARA NOSOTROS.


1972. Paquito Fernández Ochoa unos instantes antes de alcanzar la gloria en Sapporo.
 
Si hay algo en lo que nos ponemos de acuerdo todos los españoles, algo que nos mantiene unidos vengamos de donde vengamos o votemos a quien votemos, eso es nuestros deportistas de élite: todos celebramos al unísono el triunfo de la Selección Española en un mundial, el último Grand Slam que gana Nadal o un podio de Fernando Alonso. Hay que reconocerlo y no es chauvinismo, España tiene un buen ramillete de mitos del deporte que ya quisieran en Marvel para su colección de héroes. 
Hay algo más que trasciende la simple admiración hacia el mitificado deportista profesional que aparece en el póster. Cuando nos preguntamos por qué está ahí en lugar de en un reality de disfraces, imaginamos un peregrinaje cargado de un esfuerzo físico enorme, así como toda clase de privaciones en pro de una meta, además de una concentración y determinación extraordinarias. Definitivamente, para ser el número uno hay que estar hecho de otra pasta.