Sin perder el ritmo.

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Unos niños corren asilvestrados por la calle. Corren inquietantemente salvajes con sus caretas, conscientes de su poder y coordinados en una euforia arrolladora. Eso es lo que vemos en el vídeo del grupo británico Kaiser Chiefs cantando Never miss a beat.

What did you learn today?
I learnt nothing
What did you do today?
I did nothing
What did you learn at school?
I didn’t go
Why didn’t you go to school?
I don’t know

It’s cool to know nothing
It’s cool to know nothing

 

¿Por qué hicieron un video de unos chavales que quieren causar el pánico entre los vecinos? Esa es la cuestión, no fue eso lo que hicieron.

Las imágenes están ahí y nosotros, los observadores, debemos sacar conclusiones. ¿Gamberros ociosos disfrazados?, demasiado obvio. Tampoco parece tener tintes políticos. ¿Las consecuencias del absentismo escolar?, eso ya lo dice la letra. Buceemos un poco más.

Hay algo que sabemos, los niños juegan y experimentan, no se aburren. Aprenden unos de otros muy rápido. Jean Piaget (psicólogo y pedagogo suizo de renombre internacional) decía que «la infancia es la fase creadora por excelencia». Piaget  a diferencia de los psicólogos que le precedieron, nos descubrió un niño mucho más creador, constructivo y original, que posee teorías sobre la realidad. El denominador común de su obra es que la vida es una creación continua de formas que nos enriquecen constantemente logrando que nuestra inteligencia evolucione. Según el profesor, cuanto más interactúe el niño con el medio que le rodea, más se desarrollará intelectualmente.

A partir de esto y volviendo a la declaración de principios indie de los Kaiser Chiefs, es fácil descifrar el significado de la canción: retrata lo importantes que son los jóvenes, su potencial intelectual, emocional y creativo. Nos recuerda que no debemos infravalorar sus capacidades, más allá de las notas del colegio y de lo socialmente establecido.

Sin perder el ritmo, sin perder el pulso, impulsando nuestras mejores cualidades dejando que fluyan de forma constructiva -el tono de motivador televisivo me ha salido sin querer-, ¿cuántos profesores hacen eso con sus alumnos? Los buenos sistemas educativos, fijémonos en Finlandia, ponen el foco en la creatividad del alumno y en la excelencia del profesorado.

Aunque no lo veamos, ellos, los niños, no pierden el ritmo. Nosotros tal vez sí.

 

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Syllabus is the young Spanish school for the people who ♥ Spanish

Niños y jóvenes, ¿qué necesitan de los adultos?

Hacia la playa

 

El recorrido de la vida es comparable a un «Camino de Santiago» donde las primeras etapas son decisivas en el desarrollo emocional de los niños. Con este símil, la experta en coaching Ana G. Medialdea, vuelve a escribir para Syllabus acercándonos cuestiones que interesarán tanto a profesores y educadores como a alumnos. Gracias Ana.

Decía Oscar Wilde que el mejor medio para hacer buenos a los niños es hacerlos felices. Partiendo de esta afirmación y de la realidad incuestionable de que los niños y jóvenes de hoy son los adultos de mañana y, por tanto, son ellos los que pueden crear un mundo mejor, parece evidente que una de las responsabilidades y compromisos más importantes que tenemos como padres, profesores, educadores o simplemente como miembros de la sociedad es poner todo de nuestra parte para contribuir a su desarrollo mental, emocional, espiritual y físico.

Vivir es como ser peregrino en el Camino de Santiago; se van recorriendo etapas que pasan y no vuelven más que en los recuerdos. Sin embargo, las experiencias vividas en cada etapa van dejando huella y marcan nuestras pautas de conducta, nuestras decisiones y, en definitiva, nuestra vida de una forma sorprendente aunque habitualmente no caemos en cuenta, en el mejor de los casos, hasta bien entrada la edad adulta.