¿Hacia dónde nos llevan los puntos?

... ... ... ...

 

En el mundo rápido interconectado el tiempo es oro. Los mensajes y textos veloces son algo cotidiano; se acumulan unos sobre otros lo que nos obliga a concretar escribiendo de forma taxativa sin florituras estilísticas, con cierta despreocupación ortográfica y si se me permite, sentimental. Piensa si no en la última vez que enviaste una carta, de las de papel.

Es ahí donde me quería detener, en la parte ortográfica. Además que mejor momento que el actual coincidente con el hallazgo de los restos óseos de Miguel de Cervantes, nuestro escritor más universal (acontecimiento que despertará  un nuevo peregrinaje al madrileño Barrio de las Letras),  para concienciarnos de la importancia de ofrecer claridad y calidad a cualquiera que sea nuestro lector.

Los puntos suspensivos son un recurso cada vez más utilizado. ¿Sobreutilizado? ¿Los utilizamos bien? Creo que uno de los motivos de su abuso es el ámbito multi conversacional en el que fluyen nuestros textos y la sensación de «haberlo escrito antes». Demasiados frentes abiertos como para detenerse en uno y explicar detalles. Demasiada actividad escrita. Hasta aquí todo tiene su lógica pero…

 

¿Qué son exactamente?

Un signo de puntuación que deja el discurso en suspensión; enfatizando, creando suspense, en enumeraciones incompletas, dando por entendido o iluminando un camino sugerido y no contado.

 

¿Cuándo los utilizamos mal?

Una manera de aprender a utilizarlos es evitar los errores comunes:

1. Lo primero, son 3, ni 2 ni 4, solo 3 (…).

 

 

2. Siguen siendo 3 al final de una frase, es decir, no necesitan punto de cierre.

3. Después de los puntos suspensivos se escribe con mayúscula cuando vamos a comenzar una oración distinta: Fíjate cómo ha cambiado la vegetación… ¡Parece que estamos en otro país! Si la oración precedente no ha cambiado escribiremos con minúscula: Que sorpresa se va a llevar cuando… entre por la puerta.

4. Dejaremos un espacio entre la palabra posterior a los puntos suspensivos, así: Iremos al mercado; compraremos fruta, pescado, verdura y… cocinaremos lo que nos apetezca.

5. Puedes escribir otro signo de puntuación (la coma, el punto y coma y los dos puntos) siempre después de los puntos suspensivos, por eso no te preocupes: Ahora que me lo dices…: yo mismo diseñaré los carteles.

6. Acuérdate de evitar que aparezcan conjuntamente la palabra etcétera o su abreviatura etc. y los puntos suspensivos, pues significan lo mismo: Después de aterrizar, fui a desayunar, asistí a la reunión, visité las tiendas… etc.

Puedes profundizar en este enlace: Definición, usos y combinación con otros signos según la RAE.

Cervantes no  acostumbraba a utilizar signos de puntuación en sus manuscritos. Esa tarea estaba dirigida a correctores e impresores. Por eso El Quijote carece prácticamente de signos de puntuación a excepción de el punto, que aparece «en dos lugares donde correspondía coma», por ejemplo, y en otros seis «acaso como adorno» (M. Romera Navarro 1954:22).

Pensar en casos de coma, de punto y coma, de dos puntos o de puntos suspensivos en 1605, año en el que se escribió la primera parte del Quijote, era algo inaudito. Incluso para el libro más publicado y traducido de la historia, superado solo por la Biblia.

A la considerada por muchos mejor obra literaria de todos los tiempos le faltaba puntuación y a nuestros Whatsapps les sobran puntos. ¿Qué te sugiere este hecho?

¡Ahí queda eso!

 

Syllabus is the young Spanish school for the people who  Spanish

Cariño, ¡espánglame por favor!

Spanglish me!

Darling, Spanglish me please!

 

Article in Spanish/ English

 

Se ha quedado en mi memoria y al recordarlo siempre termino sonriendo. Hace unas semanas  en la londinense estación de tren Victoria,  escuché una conversación que eclipsó el resto de los sonidos que allí dentro se cruzaban. Recuerdo esto:

-Honey, ¿qué tren cogemos?

-I dont know, tienes tú la dirección del hotel, right?

-No, pensé que la tenías tú… but don’t worry, creo que la guardé en mi cel phone.

-Ok ok, lo único (pausa) I need wifi my darling.

Una pareja de recién casados miamenses conversaba en lo que parecía el inicio de su periplo lunamielero europeo. La gracia estaba en su vocabulario fresco y original. Una mezcla alegre de español e inglés. Es lo que llamamos «espanglish».

¿De dónde viene el espanglish?

El inglés y el español -o los anglicismos y el léxico castellano- han tenido sus momentos de coexistencia a lo largo de la historia, pero fue en el siglo XX con la llegada de los puertorriqueños a los guetos en Nueva York, los mexicanos asentándose en Texas y California y los cubanos en Florida cuando se gestó la base del Spanglish. Desde los años sesenta el fenómeno se ha manifestado libremente en gran parte de la población hispanohablante, convirtiendo este nuevo conjunto de códigos en algo natural y duradero como se puede apreciar en el cine, literatura, arte, televisión o internet.

¿Creatividad o aberración lingüística?

La fusión de diferentes culturas influye directamente en su pureza lingüística, eso lo sabemos. A partir de esta evidencia, los que lo defienden hablan de destreza lingüística y de un fenómeno tan original como veloz dentro de la cultura hispánica. Una evolución natural o como decía Bob Dylan «It’s life and life only». Sus detractores (puristas de la lengua), tienen claro que es una intrusión del inglés dentro del español que «atonta y ensucia el idioma». Una lengua híbrida con carácter marginal y sin esencia en la que interfieren a la par voces inglesas y españolas, lo cual, dicen, supone un peligro para la dignidad de la lengua española.

¿Te imaginas El Quijote comenzando así?:

«In un placete de La Mancha of which nombre no quiero remembrearme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase.»

Yo tampoco. Llegar a leer este tipo de cosas en el futuro comprometería el buen uso de nuestra lengua, si queremos divertirnos mejor nos quedamos con esto.

A los que les interese esta variante cultural y quieran pasar un rato agradable, les recomiendo la película Spanglish, que en clave de comedia refleja este fenómeno social protagonista en las vidas de tantos hispanohablantes.

Después de lo dicho, voy a «coger un break» antes de escribir el siguiente artículo…

 

Abrazos.

 

Darling, Spanglish me please!

 

It has remained in my memory and every time I think of it I end up smiling. A few weeks ago at Victoria London station, I listened to a conversation that eclipsed the rest of the sounds crossing inside the place. I remember this:

Honey, ¿qué tren cogemos?

-I dont know, tienes tú la dirección del hotel, right?

-No, pensé que la tenías tú… but don’t worry, creo que la guardé en mi cel phone.

-Ok ok, lo único (pause) I need wifi my darling.

A newly married couple from Miami was speaking