Cariño, ¡espánglame por favor!

Spanglish me!

Darling, Spanglish me please!

 

Article in Spanish/ English

 

Se ha quedado en mi memoria y al recordarlo siempre termino sonriendo. Hace unas semanas  en la londinense estación de tren Victoria,  escuché una conversación que eclipsó el resto de los sonidos que allí dentro se cruzaban. Recuerdo esto:

-Honey, ¿qué tren cogemos?

-I dont know, tienes tú la dirección del hotel, right?

-No, pensé que la tenías tú… but don’t worry, creo que la guardé en mi cel phone.

-Ok ok, lo único (pausa) I need wifi my darling.

Una pareja de recién casados miamenses conversaba en lo que parecía el inicio de su periplo lunamielero europeo. La gracia estaba en su vocabulario fresco y original. Una mezcla alegre de español e inglés. Es lo que llamamos «espanglish».

¿De dónde viene el espanglish?

El inglés y el español -o los anglicismos y el léxico castellano- han tenido sus momentos de coexistencia a lo largo de la historia, pero fue en el siglo XX con la llegada de los puertorriqueños a los guetos en Nueva York, los mexicanos asentándose en Texas y California y los cubanos en Florida cuando se gestó la base del Spanglish. Desde los años sesenta el fenómeno se ha manifestado libremente en gran parte de la población hispanohablante, convirtiendo este nuevo conjunto de códigos en algo natural y duradero como se puede apreciar en el cine, literatura, arte, televisión o internet.

¿Creatividad o aberración lingüística?

La fusión de diferentes culturas influye directamente en su pureza lingüística, eso lo sabemos. A partir de esta evidencia, los que lo defienden hablan de destreza lingüística y de un fenómeno tan original como veloz dentro de la cultura hispánica. Una evolución natural o como decía Bob Dylan «It’s life and life only». Sus detractores (puristas de la lengua), tienen claro que es una intrusión del inglés dentro del español que «atonta y ensucia el idioma». Una lengua híbrida con carácter marginal y sin esencia en la que interfieren a la par voces inglesas y españolas, lo cual, dicen, supone un peligro para la dignidad de la lengua española.

¿Te imaginas El Quijote comenzando así?:

«In un placete de La Mancha of which nombre no quiero remembrearme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase.»

Yo tampoco. Llegar a leer este tipo de cosas en el futuro comprometería el buen uso de nuestra lengua, si queremos divertirnos mejor nos quedamos con esto.

A los que les interese esta variante cultural y quieran pasar un rato agradable, les recomiendo la película Spanglish, que en clave de comedia refleja este fenómeno social protagonista en las vidas de tantos hispanohablantes.

Después de lo dicho, voy a «coger un break» antes de escribir el siguiente artículo…

 

Abrazos.

 

Darling, Spanglish me please!

 

It has remained in my memory and every time I think of it I end up smiling. A few weeks ago at Victoria London station, I listened to a conversation that eclipsed the rest of the sounds crossing inside the place. I remember this:

Honey, ¿qué tren cogemos?

-I dont know, tienes tú la dirección del hotel, right?

-No, pensé que la tenías tú… but don’t worry, creo que la guardé en mi cel phone.

-Ok ok, lo único (pause) I need wifi my darling.

A newly married couple from Miami was speaking