¿Con faldas y a lo loco?

¿Qué ocurre con la traducción al español de algunos títulos?

Marilyn Monroe sabía que la traducción de los títulos era cosa seria.

 

Con faldas y a lo loco si quieres sí, pero no me tergiverses el significado del título por favor. Así de claro lo tiene Ángel Palenzuela, nuestro escritor invitado esta semana, director de la web No me hables así y autor del libro ¡No me hables así! Deslices y antojos lingüísticos en los medios de comunicación. ¿Qué es lo que ocurre con las traducciones de títulos de películas y de libros al español? ¿Por qué a veces son tan poco acertadas? Palenzuela describe y explica en este artículo el fenómeno que en ocasiones fluctúa entre lo ocurrente y lo freak. 

 

En la literatura, en la música y, sobre todo, en el cine, arrastramos un molesto lastre de títulos mal traducidos por ignorancia y a menudo también por las circunstancias político-sociales (aunque la una y las otra van de la mano), del momento en que se estrenaron. Forman parte de nuestras vidas y ya nos resulta muy difícil cambiar un título, lo que hace más meritorio el esfuerzo de algunas editoriales con casos como La señora Bovary (Madame Bovary) o Juicio y sentimiento (Sense and sensibility, más conocido y peor traducido como Sentido y sensibilidad), ambas de Alba Editorial. Un caso mucho más reciente: traducir la novela Disgrace de Coetzee por Desgracia es un falseamiento del título y, por tanto, de toda la novela, que debería titularse Deshonra; se supone que el error será corregido en próximas ediciones, pero ¿por qué se sigue reseñando sin hacer referencia a algo tan determinante para la lectura del libro: desconocimiento, negligencia, corporativismo…?

Si nos cuesta cambiar el nombre de las obras literarias, a veces aun sabiendo que no están bien traducidas, todavía se nos hace más difícil con el cine y la música, que tienen mucha más presencia en la vida de la mayoría. Dos ejemplos clásicos de musicales: Die drei Grösschen Oper viene a ser «La ópera de tres al cuarto», o «de cuatro perras», en ningún caso la literal y anodina La ópera de tres peniques, o de los tres centavos que no quiere decir absolutamente nada: se sigue interpretando en España y Latinoamérica, ¿a nadie le choca?, ¿o es que temen que con el cambio el público ya no identifique la obra?; otro ejemplo significativo es Sonrisas y lágrimas, título comodín y cursi, conocido musical y celebérrima película por The sound of music, que no es que sea un prodigio de imaginación pero, conociendo la historia, es de lo que va y quiere decir más de lo que parece.

Hablando de cine: las desafortunadas versiones de muchos títulos de películas son todo un mundo, ya que han distorsionado en gran medida aspectos de nuestra memoria colectiva y nuestra ligazón a la cultura popular. Estas son, en «categorías», algunas de las ocurrencias de los distribuidores que, como alguno de ellos ha confesado, a menudo tienen que decidir el título sin haber visionado el producto:

 

Chapuzas: There’s something about Mary («¿Qué tendrá Mary?») es la comedia Algo pasa con Mary: de ser una chica con «un algo especial», pasa a ser problemática. Ausencia de malicia (Absence of malice) por «Falta de malicia» es otra mala traducción y es error frecuente en los medios. Eva al desnudo (All about Eve) es atrevido para la época, pero el sentido de «al descubierto» no tiene mucho que ver con «todo sobre Eva». Las películas catastrofistas utilizan a veces para sus títulos palabras muy cotidianas, precisamente para que contraste con la hecatombe: The day after, The day after tomorrow; nuestros distribuidores procuran dar todo el sentido en los títulos, aunque los conviertan en acertijos: en vez de «El día siguiente» prefieren El día después y para el claro título de «Pasado mañana» se decantan por El día de mañana en España (que no es lo que dice el título) y El día después de mañana en Latinoamérica. Un ejemplo de candidez y cursilería (justo lo contrario de lo que transmite el filme) que refleja la época en que se estrenó en España: Some like it hot («Hay a quien le gusta marchosa, subida de tono», refiriéndose a la música, al estilo hot jazz, con evidente connotación sexual) por… Con faldas y a lo loco.

Pseudopoesía: pretender dar un toque poético y profundo, aunque no pinte nada en la historia: Departures («Partidas», «Despedidas») se convierte en Violines en el cielo; Butch Cassidy and Sundance Kid: hay reticencia a titular películas con nombres propios, es cuestión de gustos, pero Dos hombres y un destino es más plano e insustancial que cualquier nombre propio; Sunset Boulevard es una calle emblemática de Hollywood, El crepúsculo de los dioses una opción sugerente, aunque también un plagio de la saga wagneriana y más adecuado para una película de romanos.

Antipoesía: Eternal sunshine of the spotless mind, película que toma un verso de Alexander Pope («Eterno resplandor de la mente impoluta»), se torna en un chabacano ¡Olvídate de mí!

Infantilismo: ¡Jo, qué noche! (After Hours), Granujas a todo ritmo (The Blues Brothers), Resacón en Las Vegas (The Hangover), A todo gas (The Fast & The Furious), Viaje de pirados (Road Trip); quien sepa un poquito, muy poquito de inglés alucinará con las diferencias.

«…Viaje de pirados (Road Trip); quien sepa un poquito, muy poquito de inglés alucinará con las diferencias».

Comodines: al margen del título original (que tampoco suele ser, eso, muy original), escribir los sustantivos sombra, furia, carretera, arma, muerte, jungla, asfalto, desafío, destino,… en un lado y los adjetivos salvaje, letal, infernal, final, inminente, fatal, colosal… en el otro, más algunos sinónimos, y combinarlos al azar; así se ha titulado más de la mitad de la cartelera comercial de todos los tiempos.

Destripamientos: obviar toda intención expresiva y toda capacidad de sugerencia para explicarnos bien clarito «de qué va la peli», no sea que no la entendamos por nosotros mismos o, tal vez, por si solo nos interesa cómo acaba: On the waterfront («En los muelles») por La ley del silencio que sí, suena bien, pero mejor que nos lo cuente la propia trama; Child’s Play («Juego de niños») pierde la ironía y la gracia con El muñeco diabólico; Groundhog Day («El día de la Marmota») es Atrapado en el tiempo, ¡gracias!; Rosemary’s Baby («El bebé de Rosemary») es La semilla del diablo, el ejemplo clásico de cómo desentrañar la intriga de una película de idem.

 

Ángel Palenzuela.

 

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2 thoughts on “¿Con faldas y a lo loco?

  1. Otro ejemplo es la película «The Ring», que fue presentada como «La llamada» y como «El aro». Lo más interesante es que las dos versiones tienen su sustento en la trama de la película, pues había llamadas de una niña asesina que salía de un pozo de forma circular. No faltó un cómico que propuso terminar el debate con el título imparcial, pero sin sentido, «El cuadrilátero».

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